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Andrea's POV
Me desperté en el sofá de Sam con ella todavía dormida. Intenté no hacer barullo para levantarme e irme a la cocina. Se había hecho un poco tarde, así que decidí hacer algo para que cenáramos las dos antes de irme.
Mientras preparaba la pasta, decidí escribirle a Iván, les extrañaba mucho, extrañaba estar en Argentina.
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Caí en la realidad cuando Spreen me dijo que nos veíamos una semana. En ocho días iba a estar en Madrid, para el evento de Iván de la Casa Madrid con streamers. Y en poco más de dos semanas iba a estar dándome de piñas en un ring.
Estaba realmente nerviosa.
- ¿Qué haces? -preguntó Samy, apareciendo por la puerta de la cocina.
- Pensé que podíamos cenar juntas antes de irme al hotel -respondí revolviendo la olla.
Ella sonrió y se puso a mi lado, apoyada en la encimera.
- Te puedes quedar acá -propuso- Si quieres claro, no te presiono -me miró.
Sam me tenía loca desde hace mucho tiempo. Después de dos años me seguía poniendo nerviosa cuando me miraba. Puede ser una pelotudez, pero nadie me hace sentir como ella.
- Bueno -asentí.
La mexicana intentó contener su emoción y se puso a ayudarme con la cena.
- ¿Te podes creer que peleamos en dos semanas? -dije, mientras servíamos la comida en la mesa.
- Ya tengo ganas de agarrarme a putazos -se río- No me cae muy bien Marina.
- ¿Cómo crees que reaccionará la gente viendo que soy La Elegida? Estoy un tantito preocupada -confesé, comenzando a comer.
- ¿Preocupada? Neta todos te van a adorar -me miró- Te vamos a apoyar siempre.
- Gracias Samy -le sonreí.
Ambas nos quedamos en un silencio reconfortante. A veces no necesitábamos conversar para estar juntas. Eso era lo lindo.
Terminamos de cenar y juntamos todas las cosas para irnos a acostar. Decidimos compartir cama para no tener que poner sábanas nuevas, no iba a ser la primera vez que dormíamos juntas.
Terminé de lavarme los dientes y vi a Rivers ya tumbada en la cama en su pijama, que realmente consistía en una camiseta larga negra y pantalones cortos de pijama.
Yo le cogí prestada otra camiseta larga.
Me acosté y nos quedamos mirándonos la una a la otra.
Decidí dejar el pasado atrás y seguir mis sentimientos.
Me acerqué a ella, eliminando cualquier espacio que hubiese entre nosotras.
La besé.
Sam se sorprendió al principio pero me correspondió bien rápido.
Estuvimos así durante unos minutos, hasta que llamaron a la puerta de la casa de Sam.
Nos separamos del ruido y ninguna de las dos podía evitar tener una sonrisa en el rostro.
- Ahora quiero hablar de eso, en cuanto vea quién ha interrumpido el momento -se río y levantó para abrir la puerta.
- ¿Ustedes qué hacen acá? -preguntó la rubia extrañada.
- No mames que se te olvidó que hoy habíamos pijamada -contestó una voz parecida a ¿Ari?.
- Estuvimos llamando a Andrea para que viniese también pero no atendió -respondió Ama.
Vi como alguien entraba al cuarto de Rivers, Ama.
- Ay no -dijo- ¡Ari estamos interrumpiendo! -gritó.
Las dos mexicanas que faltaban fueron al cuarto. Rivers intentando disimular, mientras que las hermanas nos miraban fijamente.
- ¿Quieren que nos vayamos? -preguntó burlona Ari.
- No imbéciles, quédense, no estabamos haciendo nada importante -respondió Samy.
Le miré con cara confusa. Osea sí quería que se quedasen las hermanas, pero decir que no era nada importante.
Para mí un beso sí es importante.
- Bueno -dijo Ama no muy convencida- Ari ayúdame a elegir una película en la sala -sacó a su hermana del brazo.
- ¿Nada importante? -le cuestioné- No sabía que para tí esto no era importante -me levanté de la cama.
Intenté salir del cuarto pero Sam me tomó del brazo para que me girara y me volvió a besar.
- Claro que es importante para mí -dijo al separarse- ¿Pero qué les iba a decir? Son unas chismosas y lo sabes.
- ¿Segura que fue por eso?
- Te lo juro Drea, estoy intentando disimular frente tuyo mi ilusión porque me hayas besado.
Ambas sonreímos y salimos de la habitación.
- Ya se tardaban -nos miró Ari- Vamos a ver una película de miedo.
Las cuatro nos acomodamos en el sillón de la sala de Rivers y vimos la película.
Yo tenía mucho sueño así que apoyé mi cabeza en el hombro de Sam y me quedé dormida.
Pude oír como las hermanas le preguntaban algo pero no escuché bien el qué.
Sólo recuerdo quedarme dormida en la sala.
Siendo mi beso con Sam el último pensamiento del día.
