cuando el reloj dejaba de sonar

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-. ¿Elke Soller? -dijo la señorita Hortensia irrumpiendo en la enfermería de la academia.

-. ¡Presente!

Todos los alumnos de la academia de poderes seguían una estética o subcultura distinta a la hora de vestir. Y los profesores no iban a ser menos.

La señorita Hortensia parecía una mujer extraída de la línea temporal de la Segunda Guerra Mundial o de antes, por los vestidos que llevaba que le llegaban a los talones y los sombreros que le daban un toque al outfit.

El otro día llevaba un conjunto que parecía de la época victoriana, y como no olvidar aquel día que parecía que hacía cosplay de Maria Antonieta.

Se acercó a grandes zancadas hacia la camilla donde reposaba Elke, haciendo ruido con los tacones, haciendo caso omiso de que Elke tenía un gotero y pañuelos en la nariz manchados de sangre.

-. No se si recuerda que teníamos examen a segunda hora. -le recordó la señorita Hortensia a Elke, que no se podía ni levantar de la cama

-. Como para no recordarlo, no paro de pensar en usted señorita Hortensia -dijo Elke, tratando flirtear con ella- hoy, permítame decirle, está especialmente guapa, y que peor manera de estropear este conjunto digno de… las mejores revistas de moda, que con un examen. Si acaso pudiéramos aplazarlo.

-. Ya lo hemos aplazado dos veces.

-. Bueno ¿qué más da una tercera?

Elke se fijó en que la señorita Hortensia tenía la nariz roja y se sonaba mucho la nariz cuando terminaba de hablar, como si quisiera quitarse unos mocos y no tuviese pañuelos a mano.

-. Pues entonces sería mucho más difícil concretar fechas -respondió la señorita Hortensia- porque se acercan las vacaciones.

-. ¿Y por qué no hacemos el examen en vacaciones?

-. Elke Soller, por favor, la obligo… de verdad la obligo a que me siga hasta la clase para hacer el examen.

-. Señorita Hortensia -dijo la voz de una chica joven a lo lejos, era la enfermera, apareció en escena- Elke no debería hacer esfuerzos…

-. Tranquila enfermera, estoy perfectamente.

-. Yo diría que no -le contradijo la enfermera- señorita Hortensia, una alumna ha estado a punto de matar a Elke y es por eso que está en la enfermería, yo de usted no la obligaría a hacer el examen, Elke está en proceso de recuperación.

-. Pero ha dicho que se encuentra perfectamente ¿no es así, Elke?

-. Si, estoy perfectamente.

-. El examen no puede empezar si no están todos los alumnos en el aula. Cuanto antes entre Elke en clase, antes terminarán el examen. Así que ahora si me disculpa voy a llevármela a mi clase.

La señorita Hortensia cogió a Elke de la oreja, la levantó de la cama y se la llevó a su clase.

Una vez allí, la señorita Hortensia empujó a Elke de cualquier manera obligándola a entrar en clase y a sentarse en su pupitre.

Todos los pupitres estaban separados de manera que Elke no podía copiar como tenía previsto, y aunque los pupitres no estuviesen separados, no habría podido copiar.

De hecho dudaba de si podía hacer el examen. La cabeza le dolía como nunca, puta Mia de mierda, de todos los poderes que existían… porque mira que existían poderes ¿Mia debía tener el de la tortura y dolor?

-. Elke ¿pero qué haces aquí? Vuelve a la enfermería. -le dijo su amiga Queenie, alarmada al verla- ¿De verdad te encuentras bien?

-. No, -murmuró Elke, no podía evitar llevarse la mano a la cabeza del dolor, seguro que le iba a explotar la cabeza en mitad del examen- entre que no me se nada y cada vez que pienso me duele la cabeza… antes me encontraba mejor… me duele la cabeza…

R.A.P (Real Academia de Poderes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora