-El cotilleo del año-
Mis pesados ojos por el sueño se abrieron de par en par por las tremendas sacudidas que me mandaban de un lado a otro por la habitación de Maru, al poder discernir lo pegotes de colores en siluetas vi que era la mismísima Maru con los ojos más abiertos que yo, las gafas ladeadas y aún con su pijama y calcetines altos con estampado de robots.
—¡¿Hay un incendio?! —me reincorporé alarmada.
Me había quedado a dormir en la casa de mi amiga beta tras una larga noche de hacer el tonto, bailar como locas sin vida y probarnos diferentes atuendos de su armario para tener que doblar cada prenda antes de irnos a dormir.
—¡No idiota! —me agarró fuerte por los hombros.
—¿Entonces el olor a quemado?
—Ah eso —se rio con su propio pensamiento—. Fue el intento de desayuno de Sebastian, no sé cómo, pero ha quemado la leche de su desayuno —empezamos a reírnos como focas por las desgracias de los demás.
—El chico salió con dotes culinarias —añadí para empezar a reírnos más fuerte.
—No le valió quemar los cables que también tuvo que quemar la leche —las dos nos agarrábamos el estómago dando vueltas por el suelo.
Era surrealista.
—¡Leche! ¡Ha quemado leche!
Paramos en seco al oír la puerta abrirse chocando con la pared de madera.
—¡Es muy pronto para andar dando gritos! —nos regañó Robin, pero al mirarme sonrió enternecida, cosa que no pasó por alto mi cara de desconcierto—. Por cierto ______, enhorabuena —y cerró la puerta marchándose dejándome petrificada.
—¡A eso venía yo mamona! —me gritó con leve aroma a metal, pirueta y fresas.
Volvió a agárrame por lo hombros, pero por su propio impulso me tumbó como si se tratase de un ataque de lucha libre dejándome K.O.
—¿Has pensado alguna vez que tu futuro es estar en un ring, en vez de un laboratorio Maru?
—No. Pero esto se convertirá en un ring y tú serás quien reciba mis golpes, sino empiezas a desembuchar lo que un pajarito me ha dicho de ti.
—Maldito pájaro chismoso —me crucé de brazos mirando a un pájaro por la ventana, este dándose por aludido se asustó volando a la otra punta del pueblo.
—Entonces... —dijo intentando que soltase la gallina.
—Espera. Si yo no he hecho nada —acaricié mi sien intento recordar.
—¡¿Entonces como me explicas que medio pueblo no para de hablar sobre que Sam le ha pedido al alcalde cortejarte y él ha aceptado?!
—¡¿Qué con el alcalde qué?!
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-𝐏𝐞𝐫𝐥𝐚 𝐎𝐜𝐞𝐚́𝐧𝐢𝐜𝐚- (Sam/Stardew Valley)
FanfictionUna joven reemplaza su vida en Ciudad Zuzu por una nueva en Pueblo Pelícano, gracias a una de las últimas reliquias que le dejo su abuelo antes de fallecer. Ella no tenía nada previsto en su mente cuando fue, pero sin planearlo encuentra la perla en...