Capítulo 5

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-¿𝐌𝐚𝐠𝐨 𝐜𝐨́𝐦𝐨 𝐦𝐞́𝐝𝐢𝐜𝐨 𝐝𝐞 𝐜𝐚𝐛𝐞𝐜𝐞𝐫𝐚?-

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-¿𝐌𝐚𝐠𝐨 𝐜𝐨́𝐦𝐨 𝐦𝐞́𝐝𝐢𝐜𝐨 𝐝𝐞 𝐜𝐚𝐛𝐞𝐜𝐞𝐫𝐚?-

—Disculpe. ¿Cómo sabe que soy omega?

—Soy un alfa, aunque suelo ser confundido como un beta por los fuertes olores del caldero que influyen en mi propio aroma, entonces puedo sentir tus feromonas—se veía con cara de estar hasta las narices de explicar lo mismo siempre.

"Eso ya tiene más sentido, el olor a azufre que proviene del caldero no deja rastro de su aroma y por eso me confundí", pensé.

—Pero no venimos para hablar de mí... Lo sabes.

—¿A qué se refiera? —su frívola mirada me asustó haciendo que retrocese.

—Todos los habitantes requieren de un mago para resolver sus dudas y acertijos mediante mis conocimientos y pociones del caldero. Pequeña mortal, yo mismo preví tu llegada desde hace años y como correspondió hace un año pisaste los verdosos pastos primaverales de Pueblo Pelícano. ¿O me equivoco?

—No... —tartamudeé del miedo que transmitía el mago. Con unos pasos más atrás me proporcionaron un golpe contra la fría pared de ladrillos.

—No estoy aquí para dañarte, lo prometo. Solo vengo a despejar tus dudas.

—¿Por qué un mago que busca descubrir el lado arcano y mágico del mundo vendría a aclarar dudas de los demás?

—Porque la relación entre omega y alfa ha sido siempre y será el mayor misterio de lo arcano. Nadie sabe su procedencia exacta, mejor dicho, nadie la ha fundamentado sin tener en cuenta la leyenda sobre la Diosa Luna.

—Es entendible hasta para un mortal para mí, como tú dices. Pero creo que yo no te seré de ayuda.

—Al contrario, eres el "espécimen" más confuso que ha pisado este pueblo en siglos. Te lo aseguro por mi propia experiencia.

—Mmh... ¿Cómo podría confiar en ti?

"Por Yoba. ¿He de confiar en él?", pensé extrañada conmigo misma.

—Te juro por todos mis conocimientos aprendidos a base de mis propios esfuerzos que mis intenciones son verdaderamente de aprendizaje a un mundo arcano.

Y tras su breve discurso realizó un choque de palmas, que al hacer contacto apareció una especie de brillos azules y tras ellos una luz de colores cambiantes: entre un azul negrizco y un azul cian.

—¡¿Qué ha sido eso?! —pregunté entre sorprendida y asustada.

—Es un conjuro de promesa, si llego a romper las verdades de mi discurso sobre mis intenciones arcanas ante la ayuda que pretendo ofrecerte seré castigado por los Dioses por mi lealtad a ellos y mis conocimientos. ¿Ahora confías?

—Supongo que podría intentarlo.

—Entonces empecemos pequeña mortal. Cuéntame que te ha llevado pisar esta siniestra torre, cada persona que da un paso alrededor de estos ladrillos de un azul grisáceo tienen un propósito con su pareja, ya sea beta, alfa u omega. Cuéntame tu situación e intentaré ayudarte.

-𝐏𝐞𝐫𝐥𝐚 𝐎𝐜𝐞𝐚́𝐧𝐢𝐜𝐚- (Sam/Stardew Valley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora