Iba a irme ya tras despedirme mejor de Sam cuando un cálido toque se enredó en mi mano. Al girarme me encontré con la cara sonrojada de Sam.
—¿Podríamos pasar algo más de tiempo juntos? —pidió con su mano libre detrás de su cabeza y los demás estaban bastante lejos para escucharnos.
—No es mala idea, creo yo.
Yo también me había sentido un poco frustrada al no poder pasar tiempo a solas con él, no es como si me molestase la presencia de Sebastian o Abigail, pero había momentos donde sentía el deseo de abrazar o halagar a Sam y me daba vergüenza delante de ellos. Delante de cualquier persona, en realidad, apenas habíamos empezado a darnos esa oportunidad y sentía que debía ser algo más íntimo entre los dos desde un principio.
—¡Perfecto! —me agarró con más firmeza y me llevó a su habitación, sin segundas intenciones—. ¡Mamá haz algo de picar que ______ se queda un rato más!
Jodi solo nos miró sonriente desde el marcó de la cocina.
Entramos a su habitación y nos sentamos en su cama un poco pegados.
—Es que quería pasar más tiempo contigo, era una buena oportunidad —sonrió ampliamente en un intento de ocultar su vergüenza por sus palabras sinceras.
—Pero Sam, si llevamos toda la tarde juntos casi —reí divertida queriendo picarle un poco.
—Pero con Abigail y Sebastian molestándonos —hizo un puchero.
—Oh no. A mi Sebastian me lleva picando desde la mañana en el desayuno con Maru y sus padres.
—No sé el porqué, pero me lo creó completamente —reímos.
Nos empezamos a quejar de lo burlón que estaba Sebastian y de los fastidiosos cotilleos sobre nosotros por todo el pueblo.
—Agh... Como los odio. Que sí hemos mantenido una relación en secreto por todo un año. No sé lo creen ni ellas, es imposible que no se enteren del todo el cotilleo del pueblo si las cámaras de seguridad son ellas mismas por las ventanas de los áticos. O que si no queríamos que ellas los supieran. Pues obviamente.
—Tranquilo Sam —le cogí de la mano e hice círculos con el pulgar.
—Yo solo... No queria que te sinteras presionada por ellas o cualquier tontería de las suyas... Apenas me has dado una oportunidad y no quería estropearla.
—Sam escuchame —le agarré de los hombros girándole hasta mi dirección—. No van a estropear nada, solo me fastidia su curiosidad algo insana, pero no me va afectar, ¿vale?
—En realidad... Me relaja oírlo.
Se tiró hacia atrás en la cama, me hizo gracia como rebotó y no pude aguantar la risa.
—Vamos, tumbate conmigo —dio palmaditas a su lado.
Imité su caída hacia atrás y volvimos a reírnos. Empezamos a contar chistes y anécdotas graciosas de nuestra vida hasta desahogarnos con nuestros problemas cotidianos. Hasta que vi como Sam me miraba girando su cabeza, yo hice lo mismo y vi como me miraba fijamente a los ojos.
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-𝐏𝐞𝐫𝐥𝐚 𝐎𝐜𝐞𝐚́𝐧𝐢𝐜𝐚- (Sam/Stardew Valley)
Hayran KurguUna joven reemplaza su vida en Ciudad Zuzu por una nueva en Pueblo Pelícano, gracias a una de las últimas reliquias que le dejo su abuelo antes de fallecer. Ella no tenía nada previsto en su mente cuando fue, pero sin planearlo encuentra la perla en...