Jiwoong y Matthew son unidos en un matrimonio arreglado y luego de estar seis años juntos y teniendo juntos a su pequeño hijo, Gyuvin, toda esa farsa llega a su fin cuando Jiwoong aparece con una carta de divorcio la cual Matthew firma sin problema...
– Matthew, ambos sabíamos que pronto llegaría este día – Jiwoong miro al que llamo esposo por seis largos años el cual tenía una expresión neutra en su rostro como si realmente ese tema no le disgustaba, era algo que le molesta pero no podía decirle para no empezar otra pelea.
El mencionado simplemente desvió la mirada sin tener el valor de observar a los ojos a su mayor quien le extendía aquellos papeles esperando por su firma.
Tenía tantas cosas que decir, necesitaba liberar aquellas emociones que estaba sintiendo en ese momento, mostrar que el divorcio no era un opción para él.
Pero entonces se escuchó la puerta abrirse para posteriormente escucharse los gritos de una pequeña persona muy especial para ambos mayores.
– ¡¡PAPI!! ¡¡PAPA!! ¡¡YA VOLVI!! – Grito Gyuvin con una gran sonrisa acercándose a sus padres a la vez que extendía un bonito dibujo de toda la familia.
Una familia que estaba llegando a su fin.
– Hablaremos después de esto – el menor miro a su esposo para luego pasar de tener aquella mirada sin emociones a poner su mejor sonrisa y cargar a su hijo mirándolo con suma adoración.
– Volvió mi lindo angelito – Matthew se dispuso a dejar besos en las mejillas de su hijo el cual reía alegre de recibir esas muestras de afecto de parte de su papi.
Jiwoong simplemente miraba aquella escena con algo de ternura.
Como si fuera un día normal Matthew se encargó de preparar la cena mientras que Jiwoong llevaba a Gyuvin para darle un baño a la vez que este jugaba alegremente con sus patitos como todos los días y luego de unos minutos ser llevado a su habitación donde el pequeño portaba su pijama de dinosaurio y siendo peinado por su padre, cuando estaba listo bajaban las escaleras y se disponían a comer las deliciosas comidas que siempre preparaba el canadiense mientras ambos adultos escuchaban las anécdotas de Gyuvin en el preescolar y como su inocente mente no se daba cuenta de la tensión en el ambiente y de cómo sus padres cuando cruzaban miradas simplemente se ignoraban.
– Estuvo muy rica la comida Papi – Gyuvin sonrió a su "papi" quien terminaba de acomodar la cama para que su pequeño durmiera cómodo.
– Me alegro que te haya gustado mi cachorrito – Matthew sonrió con suma alegría de escuchar aquellas palabras, siempre amaba saber que su hijo le gustaba todo lo que preparaba – Buenas noches angelito
– Buenas noches Papi – el menor abrazo su peluche de cachorro y se acurruco en las sábanas quedándose dormido poco a poco y siendo vigilado por su padre quien se quedo con el hasta que se durmiera.
– Te amo mi pequeño... – Matthew beso la frente de su pequeño, salió de la habitación y observo la puerta de la habitación que compartió con Jiwoong y suspiro levemente.
Esa noche Matthew decidió dormir en la habitación de huéspedes aunque realmente apenas pudo dormir, solo se dispuso a mirar el techo a la vez que tocaba su anillo de matrimonio sintiendo aquel nudo en su garganta ante la idea de quitárselo.
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