-IV-

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Trago saliva al ver mi reflejo en el espejo, suspiro pesadamente al verme en un traje, a unos minutos de "casarme", siempre pensé que el día que decidiera dar este paso, sería eso, MI decisión, con una mujer que conozca, que ame, no obligado y literalmente amenazado por mi padre. Siento mucho coraje, desesperación, tristeza, impotencia, claro que siento empatía también por _____, a sus veinte años se va a casar con alguien que tampoco conoce. No he vuelto a dirigirle la palabra a mi padre, pero sé que es algo que no le importa, el está feliz por recibir sus billones, a cambio de su hijo.

-¿Estás listo hijo?-preguntó mi madre entrando a mi habitación

-No quiero hacer esto mamá-admití negando con la cabeza

-Te entiendo mi vida, sé que debes estar odiando a tu padre, pero intenta tomar las cosas de mejor manera, quien sabe y terminas enamorándote de verdad-me miró con una sonrisa a medias

-Lo dudo mucho, yo quiero a Alissa y la lastimé, la perdí, eso no lo entiendes-suspiré cerrando los ojos

-Si, si te entiendo y muy bien.-suspiró.- Yo pasé por lo mismo.-me miró a los ojos, fruncí el ceño

-¿A qué te refieres?-me atreví a preguntar

-Mi padre era adicto a las apuestas y juegos de mesa, un día en un juego de póker, apostó un amplio porcentaje de su compañía, evidentemente perdió, fue ahí donde conoció a tu abuelo George, se ofreció a pagar la deuda al hombre contra quien perdió, a cambio de qué su hijo se casara conmigo-me contó con la mirada cristalizada, la miré completamente incrédulo

-No sabía todo eso mamá, siempre los vi tan felices-dije casi en un susurro, ella soltó una risita

-Pasaron años para lograrlo, ambos teníamos tan solo quince años-hizo una mueca, y yo abrí aún más los ojos

-Tan solo eran unos niños-negué con la cabeza con un enorme nudo en la garganta

-Con el tiempo nos fuimos acostumbrando el uno al otro, nos volvimos amigos, después el amor vino solo, y ahí fue donde te tuvimos a ti, si bien es cierto, teníamos solo dieciocho años, pero créeme que cuando supimos que venías en camino, supimos que todo valió la pena-sonrió acariciando mi mejilla

Sinceramente la historia que me acaba de narrar mi mamá me dejó más nervioso, no puedo creer como un papá puede hacer eso, ¿Qué no se supone que la labor de ellos es protegernos? Por milésima vez en el día, suspiro mirando todo a mi alrededor, el jardín de la casa está siendo el escenario de mi "boda", decorado acorde a la ceremonia, los pocos invitados mirándome, mis padres y unas cuantas personas que nunca había visto en mi vida. Relamí mis labios al escuchar la música que indica que viene la novia, y entonces fijo mi mirada en ella, que camina del brazo de su padre con la mirada hacia abajo, trago saliva al ver su rostro, comprendo que se siente igual que yo, aún así luce un vestido hermoso, ceñido a su figura, maquillaje natural y su cabello suelto, bajo la mirada desafiante de su padre, y la amenazante del mío, me acerco a ellos para que el me entregue la mano de ella, tímidamente extiendo mi mano hacia ella, que dudosamente la acepta, para una vez frente al juez, soltarla y aferrarse a su ramo de flores blancas, puedo sentir la impotencia en mis venas, quisiera salir corriendo. Vuelvo a suspirar, recordando el momento en que tuve que decirle a Alissa que me casaría con otra persona

-¿Qué haces aquí a esta hora? Son las dos de la mañana, si alguien te vio vamos a tener problemas-preguntó susurrando, decidí entrar por su balcón

-Nadie me vio tranquila, necesito hablar contigo-susurré cerca de su rostro

-¿Estuviste tomando?-frunció el ceño, no soy alguien que tome frecuentemente, por eso es que le parece extraño

-Un poco hace unas horas-admití, ella asintió y me dejó espacio para entrar a su habitación

-¿Qué es eso de lo que quieres hablar y no puede esperar?-se cruzó de brazos mirándome, trago saliva sintiendo mis ojos llenarse de lágrimas, ella me mira detenidamente y frunce el ceño preocupada

-Me voy a casar Liss-murmuré, ella no parpadea unos segundos para después negar con confusión

-¿De qué estás hablando? Seguramente sigues borracho-soltó una risita nerviosa, negué con la cabeza, trago saliva intentando pasar el nudo en mi garganta

-Mi padre me está obligando, no sé que tipo de negocio hizo, me lo acaba de decir, este viernes voy a casarme-la miré a los ojos, ella tensa su mandíbula, y después, estampó su mano en mi mejilla

-¿Desde cuando estabas con ella?-preguntó con rabia y decepción en su voz

-No, ni siquiera la conozco, te lo juro-susurré casi inaudible, intentando no romper en llanto

-No te creo nada de eso, tu padre puede ser muchas cosas, pero no creo que sea capaz de hacerle eso a su propio hijo-dijo entre dientes, con lágrimas ya rodando por sus mejillas

-Claro que lo es, me lo está haciendo cumplir con amenazas, solo quiero que sepas que te quiero a ti...-me vi interrumpido por su mano nuevamente estrellándose en mi otra mejilla

-Cállate, y lárgate ahora mismo-sollozó, asentí resignado, sabiendo que ahora mismo no puedo hacer nada más

-Por el poder que me otorga el estado, les presento al señor y señora Bieber, Justin, puedes besar a tu esposa-indicó el juez, después de que en automático firmé las actas al no prestar la atención requerida, los invitados comenzaron a aplaudir, nervioso miré a ______ y solo me limité a besar su mejilla, casi en la comisura de sus labios, ella sonrió a medias como agradecimiento de no forzar nada y es que no tengo porque, a pesar de todo yo no soy ningún monstruo que se quiera aprovechar de absolutamente nada.

-No tomes mucho, a las seis deben tomar el jet-se acercó mi padre una vez en la "fiesta", que es en el mismo jardín

-¿Por qué?-lo cuestioné con el ceño fruncido

-Para su luna de miel, se van a Madrid-respondió, suspiré cerrando los ojos, una vez que se fue, me giré hacia la fuente que adorna el muro, alzando la cabeza y mirada hacia el cielo, sintiendo una lágrima recorrer mi mejilla

-¿Qué te pasa Justin? ¿No estás feliz?-la voz de mi hermanita me hizo regresar de mis pensamientos, limpié mis lágrimas y la miré, poniendo la mejor sonrisa posible

-Muy feliz-mentí abrazándola, con un enorme nudo en la garganta

-Tu esposa es muy bonita-dijo con emoción, solo me limité a acariciar su cabello sin romper nuestro abrazo

Change MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora