-XV-

152 10 2
                                    

Abro mis ojos y de inmediato una sonrisa se apodera de mi rostro, sigo sin creer lo que sucedió anoche, y no, no me mal entiendan, nada pasó después del beso con Justin, pero me refiero a eso, de cierta forma me siento feliz de saber que no solo yo estaba experimentando sentimientos por el, me costó algo reconocer y admitir para mi misma lo que me está sucediendo, sinceramente no sé en que momento, ni como, pero de repente fue así, y es que como no me podría enamorar de el, es muy guapo, es un caballero, es muy atento, muy educado, tiene un aspecto serio, maduro, varonil, además, conocí recientemente su lado infantil e inmaduro, cuando lo veo convertirse en un niño de repente, todo eso ha sido suficiente para mi, además de como se preocupa por mi, por como me ayuda con mis tareas, con la universidad, en cosas que he necesitado, de verdad tuve suerte de coincidir con el, y claro, de que de esta manera se hubiera cruzado en mi camino, no fue quizás la mejor forma, pero así sucedió y así me encanta. Me levanté y fui a darme un baño rápido, salí y me vestí con unos pants deportivos y una sudadera, me recogí el cabello en una cebolla y me maquillé muy naturalmente, sonrío y veo la hora, exactamente las siete y cuarenta, Justin no debe tardar en salir a la cocina así que me dirijo para allá, hoy es el día libre de Magda, así que quiero prepararle su desayuno yo, dicen que al hombre se le conquista por el estómago, así que a cocinarle. Primero coloco la cafetera para que comience a prepararse, mientras que yo me dispongo a preparar un platillo que me enseñó mi nana, los famosos chilaquiles verdes, no sé si Justin los ha probado, pero si no, hoy eso va a comer, preparé la salsa y doré las tortillas. Escucho las patitas de Oscar en la madera, indicando que se acerca a la cocina, dándome a entender que en cualquier momento va a aparecer Justin también, y no me equivoco, escucho sus pasos y les juro que ahora mismo siento un zoológico en mi estómago, no solo mariposas revoloteando.

-Buenos días, pensé que estarías durmiendo aún-sonriendo, se acercó a mi y para mi sorpresa, me da un corto beso en los labios

-Buenos días, quise prepararte el desayuno antes de que te vayas-dije sonriendo tímidamente y sintiendo mi rostro ruborizado, me pone demasiado nerviosa

-Huele muy bien, por un momento pensé que sería Magda, pero recordé que hoy es su día libre-dijo sentándose frente a mi en la isla de la cocina, sin dejar de mirarme, aumentando mi nerviosismo aún más

-Preparé chilaquiles-sonreí triunfante mientras comienzo a servir en su plato

-¿Chilaquiles? ¿Qué es?-frunció el ceño mirando como coloco queso y crema

-Mi nana me enseñó a prepararlos, es un platillo mexicano, muy delicioso, además.-me di vuelta retirando la taza de la cafetera.-Tu café.-sonreí extendiéndola a el, frunció el ceño nuevamente y sin dudarlo, con su tenedor prueba el primer bocado

-Esto está delicioso, nunca había probado esto-dijo aún masticando y bebiendo de su café

-Me alegra que te gustara, si me sentía nerviosa-admití con una risita. Finalmente terminamos de desayunar porque claro que lo acompañé, y mientras fue a lavar sus dientes y preparar sus cosas, yo lavé los platos

-Tengo que irme, pero voy a intentar regresar un poco más temprano hoy, y si quieres, podemos ir a algún lugar-sugirió acercándose a mi, tragué saliva discretamente ante mi nerviosismo

-Me encantaría.-sonreí.-Que tengas un bonito día.-dije acomodando el cuello de su camisa

-Gracias-susurró y nuevamente, rompió la distancia entre nosotros con un corto beso y salió de la casa, solté un suspiro y mordí mi labio ligeramente, nunca hubiera imaginado esto sin duda, siempre pensé que lo odiaría y sé que sería ilógico pues el no tiene la culpa realmente, pero saben a lo que me refiero, te obligan a casarte con un completo desconocido, no es como que piensas en que te vas a enamorar de el. 

-Vamos a limpiar la casa Oscar, ¿Qué te parece?-pregunté abrazándolo, obteniendo de su parte solo que moviera con fuerza su colita, y me dispuse a limpiar, sé que podríamos pensar que Magda lo hará mañana, pero es que no sé como canalizar mi energía, mi felicidad, hoy no tengo clases, así que tengo toda la mañana libre. Comienzo por la sala, por la cocina, y después las habitaciones, es la primera vez que entro a la de Justin, y al entrar, logro sentir como su olor impregna mi nariz provocando que sonría, me acerco a su cesto de ropa, donde logro ver la ropa limpia que Magda le dejó hace unos días, niego con la cabeza y me dispongo a acomodar su closet, después sus cajones, y en el momento en que coloco unos pares de calcetines de vestir en su cajón, me encuentro con una cajita de cartón que me hace tensarme, es nada más y nada menos que una caja de preservativos, no sé que pensar sobre esto, ¿Por qué Justin tiene esto aquí? Claro que son recientes, pues Magda hace dos días lavó todos sus calcetines y siempre quita los cajones para lavarlos, estaban afuera al sol. Tragué saliva mientras siento un hueco en el estómago, ¿Justin tiene otra mujer? Claro que si, entre el y yo jamás ha sucedido nada, yo sigo siendo virgen, y apenas ayer y hace unos minutos han sido nuestros primeros besos, claro que tiene a alguien más, ¿Quién será? ¿Desde hace cuánto tiempo? No sé si sea correcto sentirme así, o si esté exagerando, pero me siento traicionada, engañada, ¿Y si me está diciendo todas estas cosas solo para meterme en su cama? Ahora todo tiene sentido, todas esas noches que lo escuché llegar de madrugada, o salir tarde, esos días pegado al celular, esas llamadas misteriosas en el jardín, claro que tiene a alguien más. De acuerdo, si ese era tu juego, hasta aquí llegó tu jueguito, conmigo no.

Change MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora