Es increíble cuánto puede cambiar la vida en un abrir y cerrar de ojos, un día eres una joven libre, feliz, con planes, metas y sueños, y al otro, te convierten en la esposa del hijo de un político.
-Buenos días amor-dije acercándome a ella intentando abrazarla
-Buenos días Justin-respondió cortante poniéndose de pie y entrando al baño a ducharse, suspiré con pesadez, hace dos meses que Alissa comenzó a molestarnos y hasta el día de hoy las cosas han cambiado entre _____ y yo, creo que ha logrado dudar de mi y eso me duele mucho, recientemente cambiamos su número telefónico y aún así ha seguido recibiendo los mismos mensajes, diciéndole que nos seguimos viendo, que sigo buscándola, lo cual evidentemente es mentira, he intentado de todo por detener a Alissa pero es imposible, todo eso ha levantado una barrera en el corazón de mi esposa y duele bastante. Me levanté y me vestí para ir a trabajar
-Hey, mírame por favor-me senté en el borde de la cama donde ______ está recostada de lado, dándome la espalda
-¿Qué pasa?-preguntó con voz adormilada, últimamente está durmiendo más, me da temor que sea depresión
-Odio estar así, no me gusta sentir esta barrera entre nosotros por culpa de ella, te extraño, extraño que me abraces, que me beses, extraño hacerte el amor-susurré tomando su mentón, ella suspiró y me miró
-También odio esta situación, pero te prometo que voy a cambiar mi actitud, quiero confiar en ti-sonrió a medias
-Nunca dudes lo mucho que te amo mi vida-besé sus labios por fin después de algunos días sin hacerlo, sin exagerar yo creo que la última vez que hicimos el amor fue hace un mes, fue tan distinto, estuvimos en el jacuzzi de nuestro baño, sin nadie molestando, sin nada de por medio, ni siquiera un preservativo, piel con piel, días antes de que Alissa regresará con sus mensajes y amenazas. Estamos a menos de un mes de terminar el dichoso contrato y la verdad me da cierto alivio poder iniciar desde cero.
-Disculpe señor Bieber, lo buscan aquí afuera-Talia abrió la puerta lo suficiente para asomar su cabeza, hace un par de horas que llegué a la oficina y estoy sumergido en papeles y trámites
-¿Quien es?-fruncí el ceño ya que no espero a nadie
-Alissa Lewis-dijo, puedo sentir mi cuerpo tensarse de inmediato
-Hazla pasar-suspiré con pesadez, ella solo asintió y se hizo a un lado abriendo la puerta para dejarla pasar
-Pensé que me rechazarías-Alissa entró y cerró la puerta tras de ella, acercándose a mi escritorio, me puse de pie y puedo sentir mi mandíbula tensarse
-Si permití que estés aquí, es por que quiero hablar contigo y decirte que basta ya de lo que estás haciendo con _____, ella confía en mi y sabe que yo no le he mentido-la miré desafiante ella soltó una risita
-Tú me prometiste muchas cosas Justin, me jurabas que me amabas a mi, que estabas con ella por obligación, ibas y desquitabas tus ganas de sexo conmigo y listo, me botaste como si se tratara de un juguete o una basura-apretó los dientes mirándome a los ojos
-En su momento no eran mentiras Alissa, lo siento de verdad, pero yo no contaba con que me enamoraría de ella, yo la amo con toda el alma-admití, veo su mirada cristalizarse
-Que genial, ¿no?, A mi me hiciste a un lado por esa perra-gruñó acercándose más a mi
-No la llames así-apreté mis puños, ella asintió y se acercó aún más a mi
-¿Ella lo hace mejor que yo?-susurró tocando el borde de mi saco, quité su mano con brusquedad
-No voy a hablar de nada más, solo te exijo que nos dejes en paz, ya basta-dije con un tono de seriedad, ella desvió su mirada hacia la ventana y sonrió maliciosamente
-¿No extrañas besar y tocar todo mi cuerpo? ¿Mi cuerpo sobre el tuyo? Sudando y gimiendo-murmuró pegándose más a mi
-Vete Alissa, por favor-suspiré retrocediendo unos pasos
-Yo creo que si lo extrañas, la pasabas muy bien, siempre querías más-sonrió de lado y yo solo negué con la cabeza
-Vete-apreté la mandíbula
-Acéptalo-en un movimiento demasiado rápido, me empujó en el sillón y se subió a horcajadas encima de mi, reaccioné rápido intentando quitarla
-Alissa basta, vete de aquí ahora mismo, esto se terminó-gruñí intentando quitarla de encima con fuerza
-Tú me amas-susurró tomándome del cuello y besándome
-¡Justin!-Alissa se giró y pude ver a _____ mirándome con la mirada cristalizada, literalmente aventé a Alissa y me levanté acercándome a ella
-No, no mi amor, esto no es lo que parece-quise acercarme a ella y salió corriendo, obvio fui tras ella alcanzándola y tomándola del brazo
-Eres un hipócrita, todo este tiempo me quisiste hacer creer que ella estaba mintiendo, que solo quería hacernos daño-sollozó soltándose de mi agarre
-Te lo juro por mi vida que no es así, ella vino y yo le pedí que se fuera y te dejara en paz, pero hizo todo esto para que tú lo vieras-dije sintiendo mi corazón latir al mil por ciento
-Eres un mentiroso-su mano se estampó en mi mejilla y su mirada se clavó en mi como un cuchillo
-Te lo juro...-quise tocarla pero ella se safó bruscamente, rebuscó en su bolsa hasta encontrar una cajita de madera
-Yo sólo venía a darte esto, pero me largo de aquí, no quiero que me sigas, no quiero que me busques, esto ya se terminó, ve y atiende a tu amante-dijo molesta estrellando la cajita en mi pecho, y se fue por el ascensor, suspiré y abrí la cajita, dejándome paralizado completamente, en la tapadera tiene la leyenda "Grandes cosas comienzan en esta cajita", y en su interior... una prueba de embarazo positiva.
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Tiré de mi cabello con frustración sin despegar mi mirada de la prueba, voy a ser papá, por supuesto que estoy feliz, pero me parte el alma pensar que ella ya decidiera ponerle fin a eso enserio, y todo por culpa de Alissa, la cual observa la escena desde el marco de mi puerta con una sonrisa triunfante
-Ay que pena-dijo acercándose a mi con un tono burlón, siento mi sangre hervir y la tomé con fuerza del cuello, sin ejercer mucha fuerza
-No te quiero volver a ver nunca, lárgate de aquí ya-gruñí soltándola y entrando a mi oficina, azotando la puerta tras de mi. Recogí mis cosas y salí con rapidez para llegar a casa, suspiré al no ver el otro auto, quizás aún no regresa, eso es lo que quiero pensar. Intenté llamarla pero por supuesto su celular está apagado. Bajé de mi coche y entré a casa, ni Magda se encuentra aquí, fruncí el ceño al ver una pequeña caja en el comedor así que me acerco con curiosidad y la abro, encontrando un mini pastel blanco adornado con un crucigrama que forma las palabras Husband y Dad, no pude evitar romper en llanto, sintiendo temor de haberla perdido definitivamente, ¿Qué va a ser de mi sin ella?
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