La hanyou, el hanyou

El hanyou

Disclaimer: Los personajes y la historia no son míos. Los personajes son de Rumiko Takahashi y la historia es de Wolf Blossom, yo únicamente traduzco.

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Encontraron a Airia sujetando a Kagome por el cuello.

—¡KAGOME! —bramó Inuyasha mientras saltaba hacia Kagome. Kagome dio patadas salvajemente, pero el agarre de Airia era como el acero, no se aflojó. Airia sonrió con satisfacción mientras echaba hacia atrás la mano izquierda y perforaba con ella el pecho de Kagome. Kagome gritó mientras las lágrimas ardían en sus ojos, el dolor era insoportable. Airia sonrió aún más mientras soltaba su cuello, pero Kagome siguió erguida debido al brazo que le atravesaba el pecho. Luego movió los dedos, y Miroku y Sango empezaron a desplazarse por su cuenta.

—¿Qu...? —dijo Sango mientras agarraba enérgicamente su Hiraikotsu—. ¡NOOOOO! —chilló Sango mientras lo tiraba hacia Inuyasha. Inuyasha gruñó al esquivarlo, pero entonces...

—¡CUIDADO! —bramó Miroku mientras liberaba su Kazaana.

—Soy Airia, Maestra del Control Demoníaco. —Sonrió con socarronería mientras sacaba la mano del pecho de Kagome. Kagome gritó aún más y cayó al suelo. Airia extendió su mano ensangrentada y se encogió de hombros, tenía una botella firmemente agarrada en la mano—. Gracias por los fragmentos, hanyou. —Sonrió antes de desaparecer de golpe.

Miroku y Sango escaparon de su control y corrieron hacia una herida Kagome. Inuyasha y Shippo también corrieron hacia donde se encontraba encogida. Kirara lamió la cara de Kagome, pero Kagome no respondió.

—¡Metámosla en la cabaña, ya! —bramó Inuyasha mientras la cogía en brazos. Miroku abrió la puerta de bambú y Sango entró corriendo, colocando un futón—. ¿Dónde está Kaede? —gruñó Inuyasha mientras se quitaba su haori y lo envolvía alrededor de Kagome para detener el sangrado.

—En la aldea —dijo Miroku mientras cogía un cubo de agua.

—¡Shippo, Kirara, id a por ella, YA! —bramó Inuyasha. Los dos saltaron y salieron corriendo en busca de Kaede.

—¿Se pondrá bien? —preguntó Sango mientras limpiaba las manchas de sangre de su cara.

—Creo que sí —dijo Inuyasha con el miedo grabado en su cara.

—¿Esto es diferente de la vez que tuviste un agujero en tu estómago? —preguntó Miroku.

—¡No lo puto sé, vale! Kagome sólo lleva siendo hanyou una semana, yo lo he sido toda mi vida —dijo Inuyasha, le temblaba el cuerpo.

—¿Y si hubiera sido...? —Sango tragó saliva—, ¿humana?

Miroku la miró fijamente mientras Inuyasha salía de la cabaña y gruñía cuando vio a Kaede corriendo en su dirección.

—¿Qué pasó, Inuyasha? —preguntó Kaede.

—Una encarnación perforó el pecho de Kagome —dijo Inuyasha rápidamente. Kaede jadeó mientras entraba corriendo y se encontró a Kagome tumbada en el suelo y respirando débilmente. Miroku echó un poco de agua en su boca y Sango le limpió el sudor y la sangre de su rostro.

—¡Vaya, esto es serio! —dijo Kaede, sus ojos se abrieron desmesuradamente—. Inuyasha, necesito que me traigas las hierbas de alrededor del Goshinboku, todas las hierbas —dijo Kaede. Sólo necesitaba unas pocas, pero Inuyasha no sabía los nombres. Inuyasha asintió y salió corriendo a por ellas. Estaba enfadado consigo mismo por haber dejado a Kagome sola, enfadado porque casi muriera.

Lo que había dicho antes Sango aún resonaba en su mente.

¿Y si hubiera sido humana?, pensó mientras le entraban ganas de matarse. Si hubiera sido humana, le dio un puñetazo al Goshinboku, causando que temblara, entonces moriría.