VI

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tiger : O7

taehyung soltó la mano del azabache al dejarle frente a su hotel.

—aquí estamos nuevamente, nos veremos mañana por los camerinos—. dijo viendo al contrario asentir.

le observó unos segundos que parecieron eternos ante sus ojos.

deleitó su mirada con el rostro contrario, sus ojos de ciervo brillando, sus mejillas rosáceas ante el frío de la noche, sus labios remojados.

quería besarlo.

kim taehyung era impulsivo.

jungkook se sintió confundido al sentir unos labios ser presionados contra los suyos, taehyung cerraba sus ojos con fuerza.

al caer en cuenta de lo que sucedía, el calor subió a su rostro.

sintió al contrario alejarse y por primera vez, vio las mejillas del castaño claro enrojecer.

—m-mm, yo... —. taehyung aclaró su garganta pensando una buena excusa para aquello pero sus pensamientos fueron interrumpidos.

jungkook le abrazaba por el cuello, sus labios presionados contra los suyos nuevamente.

correspondió mientras sus manos envolvían la cintura de su menor, pegaron sus cuerpos mientras sus labios saboreaban los labios del otro.

sus pechos juntos, latiendo a ritmo acelerado.

un beso, dos besos, tres, cuatro y cinco.

taehyung se sentía pleno, los labios de jungkook eran suaves y encajaban perfectamente con los suyos.

podría besarle hasta morir.

—debo entrar—. susurró el azabache entre el insistente beso que se le era dado.

taehyung maldijo entre dientes alejándose de su menor, le hubiera invitado a dormir con él si su entrenadora no le hubiera regañado ya por sus pequeños errores en cancha.

no era un secreto que su rendimiento estaba cada vez más bajo.

los medios lo sabían, su equipo lo sabía.

"no podemos depender de taehyung, entrenen sus propias técnicas", había dicho la entrenadora.

se sintió extraño.

dolido.

—nos veremos mañana—. aseguró jungkook con una suave sonrisita.

taehyung asintió recibiendo el último beso que el azabache le dio antes de que ambos tomaran caminos distintos.

así debía ser.

.

taehyung se había levantado con un mal presentimiento, su cuerpo estaba pesado, su cuerpo cosquilleaba cada vez que se movía, su cabeza dolía levemente y al levantarse se sintió mareado.

se había estado alimentando bien, sus entrenamientos no eran exigentes.

¿qué le sucedía?

—taehyung... ¡kim taehyung!—. exclamó seungwan al verle perdido en sus pensamientos —el partido inicia dentro de diez minutos, vamos a la cancha—.

el castaño claro asintió, se levantó tratando de no caer ante su vista nublada por el leve mareo, siguió a seungwan hasta la cancha e ignoró el equipo rival.

solamente llegó a la banca y se dejó caer ahí.

yoongi le miró unos segundos mientras estiraba sus músculos.

su descenso...

—¿es necesario decirles que deben hacer en este partido?—. preguntó la entrenadora, su ceño fruncido y tono duro —somos el mejor equipo que puede existir en este campeonato, "la estrella en ascenso", "los mejores de busan" y toda esa mierda, no importa—.

¿la estrella en ascenso?

dirigió su vista hacia el otro lado de la cancha donde sus cansados ojos se fijaron en los bonitos ojos de ciervo por los cuales enloquecía.

se veía arrepentido por lo que sea que iba a hacer en aquella cancha.

su pecho se sintió extraño.

¿por qué ahora?

—taehyung, sé que tu maldito novio está en ese equipo pero veo un fallo y te sacaré de esa cancha aunque te enfades—. seungwan le dijo moviendo su rostro hacia ella.

—entendido, entrenadora—. dijo levantándose, sus piernas flaqueando.

golpeó sus muslos suavemente y los masajeo tratando de que su cuerpo reaccionara.

no podía perder, no se permitiría perder.

no contra jungkook.

no contra un novato.

cerró sus ojos tratando de encontrar aquel kim taehyung que odiaba a aquel novato que imitaba su técnica de una manera pésima.

trató, buscó y se mentalizó pero el reencuentro con los ojos de ciervo le causó un cosquilleo en su pecho.

estaba perdido.

el partido inicio, ambas estrellas al centro, frente a frente.

la mirada de jungkook era dura, estaba concentrado y decidido.

taehyung se sintió dolido ante eso y allí notó que se había vuelto débil.

débil, débil, débil.

negó antes de que la pelota fuera lanzada al aire y con ello empezó su descenso.

error tras error, sus manos sin fuerza y sus piernas débiles.

no lo lograba...

no lograba saltar, no lograba encestar.

no podía.

su pecho se comprimía por la falta de aire, el sudor corría por su cuerpo, su mirada trató de enfocar la cancha.

habían dos canchas.

eso no estaba bien, para nada bien.

¿por qué seungwan no le sacaba de la cancha?

buscó a yoongi con su mirada, el pálido le daba la espalda dándole unas indicaciones a uno de sus compañeros.

trató de dar un paso pero su cuerpo no reaccionaba, sintió un hormigueo en su cuerpo antes de que todo su mundo se fuera a negro.

el inicio del fin.

— koocinnamon.

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