Nueve❈

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Era el día de cumpleaños de Yoo Ryujin y Yuna había estado especialmente animada y ansiosa por ver a su amiga durante todo el día.

—¡Mami! ¡Apresúrate o llegaremos tarde! —Yuna recorría el pasillo afuera del cuarto de su madre mientras ésta terminaba de arreglarse.

—¿Ya tienes el regalo para Ryu?

—¡Oh no! —La doceañera corrió a su habitación y regresó con una linda bolsa de flores, habían comprado el regalo la tarde anterior, un hermoso libro juvenil.

—Creo que Jeongyeon unnie es muy linda al dejar que Ryu haga una fiesta en pijamas, ¿verdad mami? —Habló la niña, con admiración.

—Yo mejor diría que es muy valiente ¿Cuántas invitadas son? —Consultó la omega, dándole una pasada a su largo cabello ondulado.

—Mmm, creo que unas quince...

—¡Quince! —Exclamó Nayeon con terror.

—Ryu invitó a todas en la escuela, somos veinte niñas, pero cinco no podrán ir. —Comenzó la pequeña omega con serenidad.

—Ella se ha vuelto loca... —Murmuró sonriéndose con un humor de su amiga. Yoo Jeongyeon siempre tenía algo con que sorprenderla.

Luego de un momento, ya estaban en el auto para emprender su viaje a la casa de las Yoo.

Estaban frente a la casa de Jeongyeon y el área de estacionamiento parecía el escenario de un concierto de kpop. Habían suficientes madres y padres dejando a sus chicas como para causar una pequeña congestión de tráfico.

—Baja bebé. Buscaré un lugar donde estacionarme —indicó la omega, a su pequeña hija, quien la miró extrañada, como ya era una costumbre.

—¿Para qué? —Quiso saber Yuna, su voz era más aguda y emocionada que de costumbre —No necesitas entrar, si no quieres mami.

—Creo que la madre de Ryu va a necesitar quién le ayude esta vez... —Lamentó Nayeon. Su loba saltó ante la idea de volver a ver a la alfa y ella maldijo el ser tan generosa, pero sabía que si se iba, tendría a Jeongyeon y su expresión de pánico rodeando su mente toda la noche.

—Estoy segura de que no, mami. Unnie es muy organizada siempre... —Musitó al bajar.

La reacción de Yuna sorprendió a su madre, quien la escudriñaba, mientras estacionaba casi media calle adelante. Habría esperado que su hija aprobara la idea de que ella y Jeongyeon estuvieran juntas. 

Por fin encontró un lugar para estacionar el auto y cruzaron la calle. Yuna estaba sumida en reflexiones.

—En realidad, mami, creo que será buena idea si ayudas a unnie —Manifestó la niña luego de una larga pausa —Creo que te lo agradecería mucho.

Ahora era Nayeon quien ya no estaba tan segura de aquello.

—Tengo la leve sensación de que voy a arrepentirme algún día de esto... —Respiró la omega, ya cerca de una fila abundante frente a la casa de la mejor amiga de su hija.

—No te arrepentirás —Aseguró Yuna con emoción y entusiasmo.

Yoo Jeongyeon estaba en la puerta de su casa, con expresión ya atribulada cuando Nayeon llegó. La sorpresa y el beneplácito brillaron en sus ojos al verla acercarse.

—Esta bien Yoo, vine a ayudarte —Anunció como un saludo, quitándose la chaqueta y arreglándose el suéter —Esta situación es algo más de lo que una sola adulta puede manejar. —Manifestó entrecerrado los ojos al evidente bullicio que ya se podía oír.

𝑭𝒂𝒍𝒍 𝑰𝒏 𝑳𝒐𝒗𝒆 ❈ [2Yeon] G!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora