Catorce❈

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Dos horas después, Jeongyeon llegó para recoger a Ryujin.

Nayeon pidió a Yuna que abriera la puerta y ella permaneció en la cocina, pretendiendo estar ocupada. Cuando percibió una presencia en la puerta de la cocina, la omega supuso que era su hija.

—¿Ya se fue Ryujinnie? —preguntó con suavidad.

—Aún no.

Nayeon se volvió con presteza al sonido de la ronca voz grave de Jeongyeon. Había estado oliendo a tristeza y aunque había tomado un supresor, nada había evitado que se sintiera del mismo modo, sólo sabía percibir angustia, preocupación, desánimo y... hasta soledad.

—¿Y las chicas? —Preguntó la omega, volteándose a seguir fingiendo que tenía mucho por hacer.

—En la habitación de Yuna... —El silencio incómodo y tenso se hizo en la habitación. Jeongyeon no se mordió las uñas, por llamar su atención —Necesito hablar contigo.

—No creo que eso vaya a servir de gran cosa, la verdad —Se burló Nayeon, con sarcasmo.

—Lo he pensado mejor. —Insistió la alfa, ahora con su voz firme.

—Te felicito. Por desgracia no necesitas seguir pensándolo demasiado, yo también creo lo mismo que tu. Tienes toda la razón al decir que no debemos vernos más, entendí que quizás, no somos tan compatibles como creíamos. 

Jeongyeon se pasó los dedos entre los cabellos y caminó a grandes pasos hacia el otro extremo de la habitación, en su dirección.

—Está bien, lo admito. Estaba celosa... —Acomodó la voz —Rayos estaba muy celosa Nayeon, lo que le sigue a celosa. Cuando llegué y te encontré bebiendo café con tu ex me pareció que la agasajabas como a una heroína conquistadora que regresaba de la guerra. —Habló con demasiado ímpetu y Nayeon regresó la sonrisa sarcástica. ¿Ella agasajar a Mina? Nunca regresaría a ese episodio tan oscuro de su vida.

—Oh Luna, Yoo... —Le reprochó —¿Qué idea tan absurda es esa?

—Hablaban y reían. —Insistió la alfa.

—Terribles pecados, cabe resaltar... —Comentó la omega, con aquel sarcasmo.

Jeongyeon palideció y apretó la mandíbula.

—Lo único que puedo hacer es pedirte que me perdones, Nayeon. —Respiró, atormentada —Ya hice el ridículo una vez con la mujer a la que amaba y no deseo repetir el mismo error contigo.

Un silencio tenso se irguió entre ambas. 

—Pensé que podía apartarme de ti sin sentir remordimientos, pero no es así —Continuó la alfa —No he dejado de pensar en ti toda la tarde. Supongo que reaccioné con exageración. Me comporté como una alfa tonta y celosa.

—Si fuiste irracional, ofensiva, y por tu culpa... —Su voz se contrajo —Comí demasiadas galletas. —Susurró, sintiendo como las lágrimas caían sin poder evitarlo ya.

—¿Qué? —Notó sus lágrimas caer y su loba gruñó en su contra, como un reproche —Oh no, no llores omega, por favor. —Suplicó, apenada de verla deshacerse con tanta facilidad.

—Lo que dije —Se quejó la rubia —Me tragué más de una docena de galletas y por tu causa me enfermaré del estómago. Si tú abrigabas temores por lo que te sucedió con tu ex, no es nada en comparación con los temores que yo he enfrentado desde que te conocí, Jeongyeon. —La nombrada la miró con los ojos muy abiertos en su dirección —No puedo afrontar tus inseguridades también ¿Entiendes? Ya tengo demasiado con las mías. —Limpiándose las lágrimas rápidamente.

𝑭𝒂𝒍𝒍 𝑰𝒏 𝑳𝒐𝒗𝒆 ❈ [2Yeon] G!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora