S2 - Capítulo III

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Scarleth Londoño
Medellín, Colombia

Desperte con dolor de cabeza, observe que me encontraba en el hospital.

Mis cosas estaban en la mesa de a lado de la camilla.

Allí estaban mi cartera, me teléfono y la ropa que estaba puesta.

Agarré ambas cosas y me puse la ropa, me percaté que nadie estuviera a fuera de mi cuarto.

Salí del hospital como si nada, vaya seguridad de mierda de ese hospital.

Agarré un taxi y pedí que me llevaran al aeropuerto.

Entré y me dirigí a comprar un vuelo.

Me embarque en el avión con destino a Colombia.

Mi teléfono no dejaba de sonar.

Ya se había dado cuenta que no estaba.

Tenía llamadas pérdidas de mis padres, Gavi y Pedri.

No quería saber de nadie, solo quería llegar.

Estar con mi abuelos.

Solo eso quería.

Me quede dormida y cuando los abrí ya el avión estaba aterrizando.

Tuve que comprar otro vuelo porque habia aterrizado en Bogota y quería ir a Medellín.

Me subí de nuevo al avión, busque mi asiento y me dormí.

Y cuando abrí los ojos de nuevo ya había aterrizado.

Salí del aeropuerto y agarré un taxi.

Llegué a mi casa, solo quería abrazar a mi abuela.

— Muchas gracias señor—hablé.

El taxi se alejo y como no tenía llaves, tuve que tocar el timbre.

— Quién es?— preguntó el guardia.

— Soy Scarleth, pueden abrirme por favor— respondí.

— Señorita Scarleth,  ya le abro la puerta— dijo el guardia atras de la puerta

Se abrió la puerta y entré.

Caminé hacia la parte de atrás de la casa donde suele estar mi abuela.

Le quería dar una sorpresa.

Caminé sin hacer ruido, pero Bonnie y Clyde se percataron de mi presencia y corrieron hacia mi.

— Mi niña que haces aqui, por qué no me avisaste para irte a ver—preguntó acercándose hacia mí para darme un abrazo.

— Abu, nadie sabe que estoy aquí, no se lo digas a nadie— hablé.

Mis ojos se comenzaron a llenar de lágrimas.

Mi abuela lo notó.

— Que te pasa mi niña, estas bien?—preguntó limpiándome las lágrimas.

—Abu soy mala o por qué todos me pagan mal— respondí.

— Mi niña, tu eres una buena persona, no lo dudes nunca— habló.

— Entonces por qué me pasan cosas malas— dije.

Mi abuela me dio un abrazo y yo lloré en hombro.

— Abu, estaba feliz, me había enamorado, pense que había encontrado a mi alma gemela pero me equivoqué— hablé llorando.

— Por qué dices eso mi niña— preguntó.

Borro Cassette | Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora