Amber Y Nelly

- AMBER - 4

12 años.

Papá me muestra la lista una vez más de las personas con las que más debo formar una amistad.

Han pasado más de un año desde que cambié de escuela y al día de hoy, sigo olvidando que no puedo ser amiga de cualquier persona.

- Dime, ¿dónde ves el apellido de esa niña rara a la que le estabas hablando a la salida de clases? - papá pregunta señalando la lista.

El apellido de aquella niña no aparece.

- No está ahí - respondo.

- ¿Entonces por qué eres su amiga? - papá pregunta.

- No es mi amiga, hable con ella porque me pregunto algo sobre el proyecto que nos dejaron, pero...

- Está bien, voy a creerte - me dice suspirando.

Papá no está gritando, pero mi cabeza duele como cuando lo hace.

- Tal vez piensas que soy un padre severo, pero quiero que entiendas que de las amistades es como uno avanza en los negocios, incluso si la amistad es fingida, solo así podemos seguir avanzando y para eso hay que elegir a las personas correctas, ¿entiendes?

- Sí, papá...

- No me gusta vigilarte, así que prometo no ordenar más que el chófer me diga con quien te ve hablando, si prometes solo ser amiga de las personas que te digo.

Me siento mareada y veo borroso, ¿por qué?

- Amber...

- Lo prometo, papá.

- Bien, ahora ven aquí - me ordena acercarme.

Camino hacia él y siento sus manos tocar mi cara.

- Te veía muy rara y ya veo por qué, estás hirviendo en fiebre - me dice - Vamos, te llevaré a tu habitación.

Papá me carga en brazos y me lleva a la habitación ordenándole a mamá que llame al médico de inmediato.

- Tranquila, descansa un momento - acaricia mis mejillas - El doctor vendrá y estarás mejor.

Papá puede ser muy duro, pero a veces, es bueno conmigo.

- Amber...

Los ojos azules de mi hermano están sobre mí y su sonrisa se vuelve grande al ver que despierto. No sé cuantos días he estado en cama con fiebre, pero hoy al verlo, me siento mejor.

- ¿Te sientes mejor? - Luis pregunta.

- Sí...

- Tengo un regalo para ti, creo que te va a gustar.

- ¿Qué es?

Luis pone sus manos frente a mis ojos y me muestra lo que tiene entre ellas.

- Un...

- El dulce que te gusta.

- ¿De dónde lo sacaste? Papá no nos deja...

- Esa niña, la que iba en la otra escuela, la que te daba dulces, parece que también va en esta nueva escuela, te estaba buscando y me dio esto para ti.

- La niña que me daba dul... ¿Hablas de Nelly? - me levanto de golpe.

- Sí, ese es su nombre - Luis sonríe más - Parece que ella no te olvida, estaba buscándote junto a unas niñas más y bueno, las escuché y me dio esto, tómalo.

Agarro el dulce y lo miro.

¿Nelly ahora va en la escuela a la que vamos? ¿Por qué? ¿Sus papás también la cambiaron?