- AMBER - 22

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Estoy tocando el mundo con las manos.

Tengo una sonrisa incontrolable, una sonrisa difícil de ocultar. Hoy es uno de esos días en el que no puedo fingir que todo me molesta, no puedo, me es tan difícil que por momentos deseo cubrir mi rostro, pero ¿qué tan mal me vería con una bolsa en la cabeza?

- ¿Tienes tiempo? - Nelly pregunta al salir de las oficinas.

Para ella también es un día en el que no puede simplemente ocultar la sonrisa y aunque en realidad esos días en ella son muy comunes, hoy llama más la atención, sin duda esa sonrisa no es como la de cada día, pero yo soy quien evidentemente se pierde viéndola atrayendo más la atención hacía las dos.

- De hecho, trate de tener un par de horas libres, pero escuche que tienes cosas que hacer - respondo teniendo un involuntario movimiento en los ojos que va a sus ojos y a su boca sin detenerme.

- Quisiera al menos tener una cena decente - se acerca un paso sin dejar espacio entre las dos - Por ahora, creo que puedo tomar al menos una hora para hablar contigo en un mejor lugar, pero, temo que ese tiempo no sea suficiente.

Ahí está, hay otro cambio en su sonrisa, esta me está dando información completamente diferente que sé que efectivamente una hora no sería suficiente para lo que deseamos hacer.

- Entonces, ¿lo dejamos para más tarde o...?

- No puedo dejarlo para más tarde, por favor, hagamos que esa hora valga la pena - me pide.

Lo queremos, amabas lo queremos.

- Vámonos ya - le pido casi suplicando.

- Bien, entonces... - mira a los testigos que traje - ¿Ellos?

- Claro - los miro y me alejo de Nelly para hablar con ellos - Gracias por venir, por favor, tomen el día, tienen sobres con efectivo en el auto, para cada uno, también para el chofer, díganle, revisen y espero que sea suficiente para cubrir los gastos. Vayan a comer algo rico.

- Pero, señora, no es necesario, nosotros aceptamos venir y...

Miro a las personas que han estado trabajando para mí desde casi la adolescencia. Con la que más tengo cercanía es con ella, pero, le pidió a su esposo que viniera también ayudándome con sus firmas.

Sigo sorprendida por haber recurrido a esto, pero, no puedo decirle a alguien más y tampoco tengo a personas cercanas que considere para algo así.

- Tomen el dinero y disfruten la tarde. Yo no podre tener un día normal, debo ver a mi padre más tarde, pero, ustedes al menos coman algo rico, por la casa no se preocupen hoy - les digo.

- Está bien señora - aceptan.

- Entonces vayan ustedes en el auto, yo seré llevada por Nelly.

Ambos asienten y se dan media vuelta.

- Esperen - los detengo - Por favor no...

- No diremos nada - ella asegura - Descuide.

Lo sé, ella nunca me ha hecho quedar mal, incluso cuando me veía salirme por las noches y volver antes del amanecer, sospechando de mis aventuras.

- Trate de tener un buen día a pesar de todo - me pide.

Asiento y ellos se van.

Ha sido un buen día, pero raro y agotante también.

No imagino que así sería el comienzo de mi segundo matrimonio y del primero que es real.

- Estoy casi segura de que esas personas trabajan en tu casa - Nelly se da cuenta - Estoy sorprendida de que le dijeras a ellos.

Amber Y NellyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora