Amber Y Nelly

- NELLY - 18

Una mirada fija que me hace sonrojarme y repetir en mi mente todo lo que viví en la noche de ayer.

- Si vas a preguntar algo, hazlo - le digo bajando la mirada a mi taza de café.

- No tengo nada que preguntar - mi ama de llaves responde.

- Parece que sí...

Desde que salió de su habitación para venir a hacerme el desayuno, su mirada está sobre mí, ella sabe lo que paso en la noche, seguramente.

- ¿Qué tiene de sorprendente que traiga a alguien a casa? - pregunto.

- ¿Disculpe?

- Eso es lo que tienes en la cabeza, ¿no?

Sonríe negando con la cabeza.

- Yo sé que sí - le digo.

- Solo no es usual - me dice - Desde que estoy aquí, creo que solo he visto a la señorita Mia.

- Pues acostúmbrate, si todo va bien, verás a Amber aquí seguido.

Sonríe y sigue limpiando la cocina dejando que me consuma en mi vergüenza.

- Dios...

Trato de pasar mi día normal, pero cada tanto, mi vergüenza por recordar lo que pasó ayer, me hace parar y tener que respirar.

- ¿Qué tienes? - mi padre me pregunta.

- Nada.

- Luce enferma - Daney le dice.

- No lo estoy - respondo.

Mi padre se acerca y toma mi frente entre sus manos.

- No, parece que no es fiebre, entonces puede...

- Estoy bien - me levanto - Solo necesito seguir mi día, si la reunión termino, me voy.

Nadie dice nada, solo me dejan ir.

¿Hasta cuando dejaré de sentirme así? ¿Por qué estoy tan emocionada y al mismo tiempo avergonzada?

Salgo de las oficinas y voy a una reunión diferente, sobre los negocios de mi abuelo, entro de lleno al asunto, pero terminar me hace volver a pensar en ella.

** Qué tengas un buen día **

Leo el mensaje que recibí en el desayuno.

No respondí, porque no sabía que escribirle, solo, me salían muchas palabras y borre el mensaje uno cinco veces. No quería decir algo estúpido que la hiciera sobre pensar todo y me rechazara.

Debo hacer algo para volver a conquistarla.

Ambas cometimos errores y estoy dispuesta a hacer algo por los que yo cometí. Quiero remediarlo, quiero que sepa que no fue con alevosía, que no lo tenga en la mente, que sepa que en verdad la amo.

- La amo...

Cubro mi rostro con las manos sintiendo el aumento de la vergüenza.

La amo tanto que me mostré tan vulnerable, nunca lloro de esa manera, no me gusta hacerlo, pero no pude contenerme. Quería retenerla, quería que supiera lo que hay en mi corazón.

Mi día acaba y no puedo evitar más el no saber de ella, así que pruebo suerte llamándola.

- Hola - responde casi de inmediato.

- Amber... Hola... ¿Sí puedes hablar? - le pregunto nerviosa.

- Sí, puedo hacerlo - responde - ¿Cómo estás?

- Estoy bien... más que bien - me siento sonrojar - ¿Y tú?

- También, aunque... Voy a admitir que aún no entiendo que pasó entre nosotras, como cambiamos de un momento a otro.