- AMBER - 17

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- ¿Mamá?

¿Por qué? ¿Por qué Nelly estaba con ella mientras se llevaban los muebles del departamento? ¡¿Por eso me ignora?!

- Mamá, ¿por qué estás así?

¿Cuándo volvió? ¿Por qué no tuvo el valor de decírmelo? ¿Cómo no lo pensé antes?

- Mamá...

Mis oídos no perciben más que el sonido de mi respiración agitada, pero mis ojos, a pesar de arder por controlar mis sentimientos, son capaces de avisarme cuando estamos en casa.

- Bajen y hagan sus deberes - ordeno con firmeza al tomar una decisión estúpida.

- ¿Qué?

Bajo de la camioneta para caminar hacia el puesto del chófer.

- Sal - ordeno.

- ¿Señora?

- Sal de ahí - abro la puerta - Saldré sola.

- Pero...

- Es una orden, bájate ahora.

El hombre me mira con los ojos como plato, se debate si hacerme caso o no.

- No me hagas repetirlo - gruño.

El hombre no tiene de otra más que salir dejándome tomar su lugar.

- ¿A dónde iras, mamá?

- Tengo que arreglar algo. Asegúrate de hacer tus pendientes y no se les ocurra salir de aquí.

- Pero, mamá...

Arranco para dar media vuelta y tomar camino de regreso a ese maldito departamento.

Ellas dos deben darme la cara, si en verdad es lo que quieren, que me lo digan, que Nelly me lo diga.

- ¡Vamos! - gruño cuando el semáforo no cambia.

Mis dedos se aferran al volante, sabiendo que cualquier mal movimiento por mis sentimientos encontrados, podría causar algo que no necesito en estos momentos.

- Vamos, vamos.

Las luces cambian y sigo adelante recordándome que no puedo subir tanto la velocidad.

- Mierda...

Necesito llegar antes que el enojo baje y el sentimiento sea suplido por uno peor.

Verlas así, una a lado de la otra, mientras todo lo que conocida de ese departamento era subido a esos camiones de mudanza, me hizo sentir un apretón en el corazón que no puedo ignorar. Quise llorar al momento, quise sentir que mi corazón fue roto, pero al alejarme de ahí, el enojo me superó.

- Muévete, mierda - gruño a todo aquel que se vuelve un retraso.

Piso el acelerador cuando veo calles solas, pero mi consciencia me hace bajarla y pelearme internamente.

¿Para qué quiero hacer esto? Solo deja de buscarla, solo acéptalo.

Debo aceptarlo, debo aceptarlo, ¿pero qué exactamente? Necesito respuestas, no puedo con esto sola, necesito que me lo diga, necesito que acepte en mi cara que siempre mintió cuando le preguntaba sobre ella.

Siempre mintió, dijo que nunca tuvieron algo serio, que solo se acostaron un tiempo, que no eran compatibles, pero ahora me deja por ella.

Me enoja, me enojan las mentiras que me repitió una y otra vez.

Miro al frente hasta llegar a la calle del departamento.

El camión de mudanza sigue ahí, lo que significa que ellas también.

Amber Y NellyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora