Capítulo 10 - Seokmin

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Una intervención. Aquello era una intervención. Mi madre había llamado en mi descanso para saber si iba a dignarme a otorgarle el honor de mi presencia alguna comida o si la había cambiado por Seungkwan. Por eso, pensando que era simplemente por el drama de madre olvidada, decidí ir. Sin embargo, ¿Qué me encontré? Una maldita intervención. En cuanto vi las pancartas que sostenían mis padres rezando "Si el amor entra en tu vida, se lo cuentas a tus padres", no pude evitar reírme a carcajadas. Podrían ser sobreprotectores y dramáticos, pero demostraban cada día lo mucho que lo querían, usualmente con una buena lasaña de fondo.

—Encima se ríe —Dijo su madre llevándose la mano al pecho—. ¿Qué hemos hecho mal, caro mio?

—En algún momento se nos ha ido de las manos... —Contestó su padre suspirando como si les acabase de confesar que había dejado embarazadas a cuatro mujeres diferentes.

—A ver, familia mía —Les dije cuando conseguí detener la risa—. Primero la lasaña y luego os cuento lo que queréis saber.

Así fue como acabamos sentados alrededor de nuestra mesa con el mayor mensaje de amor posible para nuestra familia: la comida. Les expliqué lo que había soñado siempre y como se había materializado en el rancho con los dos hombres con los que estaba explorando. Les conté la cita que había tenido con Joshua, lo que había sentido a su lado y lo respetuoso que era. Les comenté las dificultades que había con el tercero en cuestión, que había algo en su vida que le impedía abrirse. En ningún momento les habló de la dinámica que tenían, como el disfrutaba con el puppy play, Joshua era un middle y Chan un daddy. Su madre alabó mi necesidad por no solo una pareja sino dos porque según ella seríamos más en nuestra pequeña familia y mi padre hizo la broma de que era mucho para uno solo, normal que hiciesen falta dos.

Al terminar, me dieron un beso y las sobras para que compartiese con los demás en el rancho pese a que Seungkwan hacía suficiente para que siempre hubiese algo en la nevera. No tardé en ponerme en marcha, rumbo al rancho, pensando en otra noche abrazado a Joshua. Quizás era demasiado rápido, pero no le importaba. Cuando él quería algo, lo conseguía. Era así de sencillo. Obviamente, siempre y cuando fuese recíproco o posible. Era un soñador optimista, pero no tonto o imbécil. Lo que no esperaba era que al llegar y subir a mi habitación, descubriese a los dos hombres de mi corazón esperándome allí. Era como una fantasía hecha realidad.

—Eh —Dijo Chan con una sonrisa, levantando la vista de su libro—. ¿Cómo ha ido el día?

—Bien —Agotador también, pero no era nada que no pudiese aguantar. Siempre que tenía clases, el día empeoraba un poco, pero siempre sacaba algo bueno de la situación—. Pero ahora mucho mejor. No tendríais por qué haberme esperado.

—Sí teníamos, hay cosas que debemos hablar y cuanto antes lo quitemos de en medio, más podremos disfrutar. Además, Joshua se ha ganado un castigo, pero no he querido llevarlo acabo sin hablar de límites.

Joshua se mordió el labio y bajó la mirada. La curiosidad por el motivo de su culpa me invadió, pero sabía que las respuestas llegarían a su ritmo. Además, quizás nuestra conversación me diese ideas para mi libro, el cual estaba comenzando a estancarse. Una vez más me cuestioné por qué iba a la academia de cocina cuando ya sabía todo lo que necesitaba por mi madre y mi verdadera pasión me estaba ayudando a tener un buen colchón económico. Podría vivir de ello sin mucha dificultad. Sin embargo, sentía que debía seguir el camino de su familia. Conseguir aquel título podría ayudar a mejorar el prestigio de su restaurante. Aunque era pequeño, había muchos habitantes y visitas. Sí, era mejor no pensar en dejarlo todo.

Les pedí un minuto para ducharme y prepararme para la cama. Cuando acabé, me senté frente a ellos, preparado para aquella discusión. Sin embargo, cuando Chan, a duras penas y como si fuese un discurso bien ensayado, me contó lo que le había ocurrido y como había llegado a descubrirlo Joshua ganándose su castigo. Me gustaría decir que reaccioné de la mejor forma posible, que fui un completo adulto responsable y no lloré haciendo que me consolase...

Los hombres del Valle 3 - El psicólogo y sus sub [+18 ] (SEVENTEEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora