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03 ᴇꜱᴀ ɴᴏᴄʜᴇ
La noche se hizo presente. El cielo era un azul oscuro salvo pequeños puntos blancos que lo adornaban, la luna iluminaba con delicadeza todo el área.
Justo es ese momento, los adolescentes entraron al buffet donde, posiblemente, se quedarían hasta tarde.
Cómo era lo planeado, cenaron allí, pero tan pronto como se dieron cuenta que los guías se habían ido, empezó la verdadera fiesta.
Las luces se apagaron, se encendieron las led y la luz disco. La música fuerte empezó a sonar retumbando en todo el lugar.
Adolescentes de las tres escuelas bailaban y tomaban a medida que pasaba el tiempo.
Algunos bailaban con amigos, otros con enamorados, otros con quienes le parecían atractivos. En resumen, un boliche en todo su esplendor.
Ahora mismo, un par de adolescentes estaban jugando verdad, reto o trago. Juego donde debías elegir verdad o reto, en caso de no querés cumplir con lo pedido, debías tomar un shot.
— Eu, Nahuel -Amelia, una chica de la escuela Parkin, hablo- ¿Verdad o reto, pa?
— Reto, obviamente
— Te reto a ir con una chica que esté bailando y tirarle el piropo más chafa que te sepas.
— Nah, eso no es reto, si siempre lo hace.
— Pero no me quemes, rancio traidor.
Entre risas, Nahuel se alejo a buscar a su presa, segundos después, volvió con el cachete curiosamente rojo.
— Me pegó una piña.
Se rieron y siguieron, algunos hacían retos, otros verdades, otros tomaban. Todo tan divertido que no se dieron que ya eran las doce de la noche.
— Se terminó el alcohol, loco, que bajón.
— Voy a buscar más, si quieren -Bastian, el más sobrio del grupo, propuso-
— Gracias, genio, toma, paga con esto -Alexis, o el 'millonario' del grupo, dijo-
— Ya vuelvo.
Se levantó se su lugar y camino hasta la barra, allí se encontró con una rubia de ojos oscuros la cual estaba atendiendo.
