Prologo

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En las costas de Grecia un hombre jugaba con sus tres hijos, dos niñas y un varón

- Vamos papi, hazlo de nuevo- chillo la menor, una niña de ojos violetas y cabello negro claro

- Ok, ok- sonrió el hombre- pero Atenea debe ayudarme- miro a la más grande. Ella asintió.

Ambos empezaron una danza, que iba acompañada con pequeños látigos de fuego azul. Los más pequeños veían asombrados y maravillados. En medio de la danza se escucho un grito proveniente de la casa, todos miraron esputrefactos el camino, el hombre corrió lo más rápido que pudo, sus hijos intentaron seguir el paso, al llegar a la casa se encontró con una tétrica escena, una mujer de cabello azabache estaba tirada en el piso con una estaca en su corazón.

- ¡Agápi! – grito el hombre arrodillándose junto a ella- por favor no...- sollozo junto a ella

- Van...- el hombre se acercó más a su mujer para escuchar lo que susurraba- Van Helsing quiere los rubíes- tomo el anillo de matrimonio de su marido, este tenía un rubí incrustado – protégelo, y diles a los niños que los amo – una pequeña sonrisa se formó en sus labios- S'agapó- dijo con su último aliento cerrando sus ojos.

 Atenea llego antes que sus hermanos y al ver la escena se aterro, sus hermanos llegaron poco después y ella los abrazo fuertemente, mientras su padre soltaba un grito desgarrador...A la noche siguiente padre e hijos dejaban su casa, el padre prendió una bola de fuego y la lanzo a su antiguo hogar 

- ¿A dónde iremos papi? – pregunto el niño 

- Yo solo no puedo protegerlos, primero iremos con el clan Vamalia de Alemania, ellos te cuidaran Artemisa- toco la mejilla de la mas pequeña- luego iremos con los Pyras de Francia, te quedaras con Madame Audrey - miro a la mayor - y quiero que te quedes con esto- le dio su anillo- cuídalo bien – su hija tomo el anillo- tu serás la próxima líder, y esto te pertenece a ti. Y por último iremos con los Vyras en Inglaterra, allí te quedaras con Sir Milton- ahora se dirigió al muchacho- yo iré a Dinamarca para despistar al asesino de su madre

- Pero ¿Qué te sucederá a ti? – dijo Atenea preocupada

- Yo estaré bien, lo importante es protegerlos ¿Ok? – los tres asintieron- será mejor apurarnos debemos encontrar refugio antes del amanecer- empezaron a caminar rumbo al noroeste, hacia Alemania.

El sol comenzó a salir y los chicos se refugiaron en una vieja cabaña. Los niños agotados tendieron una sabana en el suelo y durmieron juntos, el padre se quedo hasta tarde vigilando, hasta que acepto que nadie iría hasta ese lugar. Cuando la noche callo el hombre despertó a los niños para partir

- Vamos, aun queda dinero, alquilaremos una carreta con jinete para llegar a Alemania- animo a sus hijos, estos se levantaron y caminaron hasta el limite de Grecia y Albania- disculpe- hablo en griego a un hombre de un alquiler – necesitamos una carreta a Alemania ¿Cuánto costaría? - el hombre lo vio extrañado, pero no pregunto

- 500 dracmas – dijo sin entusiasmo extendiendo su mano, esperando el dinero

- Claro – el padre le entrego el dinero- vamos niños – los menores asintieron y fueron con su padre

- Suban- dijo el campesino, primero subieron los niños, seguidos de su padre.

- Escúcheme con mucha atención - hablo al campesino, mientras cambiaba sus ojos a un color verde esmeralda - viajaremos sola y exclusivamente de noche, y evitara cualquier camino, en el que haya demasiados Mascaras Rojas 

El vendedor tiro de las riendas y la carreta comenzó a moverse. Y, en menos de dos meses llegaron a su destino

- Gracias- dijo el mayor bajando, el conductor asintió y cuando no hubo nadie más en la carreta dio media vuelta- síganme, es por aquí- caminaron hasta dar con una gran casa, tocaron la puerta, y una mujer joven de cabello ondulado abrió la puerta

El encanto de los ArabyanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora