Cap 7: La maldición de la Chispa

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La sangre de Elisabetta y las lágrimas de Drácula crearon 14 rubíes con poderes especiales, durante la guerra de los clanes la mayoría de los rubíes se perdieron, poco clanes sobrevivieron.

Los Arabyan, los Dracas, los Lycana, los Nosferas, los Pyras, los Vyras y los Vamalia.


La Vamalia comenzó a bajar apurada las escaleras, detrás iban Artemisa y Abby, mientras Lars, Apolo y Atenea intercambiaban miradas asombradas para luego seguir al grupo de chicas

- Alisa de Vamalia - llamo la condesa al ver a la chica - tu sigues - la tomo de la mano llevándola de nuevo arriba - ustedes vallan a clases - anuncio al resto de los chicos

Cuando Alisa volvió a la clase, los chicos se acercaron, para reanudar la conversación pendiente

- Al - llamo con cariño Apolo - te vimos llorar - intercambio una mirada rápida con sus hermanas - y eso se supone que es imposible - ella bajo la mirada asustada

- Hey - continuo Atea - no le contaremos a nadie, lo prometo - pero la mirada de la Vamalia se desvío desconfiada a Lars - lo prometemos - exclamo ahora más fuerte y demandante, mirando al rubio como forma de amenaza, el asintió

- Alisa - llamo Abby - tienes que contarnos, así podremos ayudarte o algo

- No puedo, ni yo lo sé - suspiro - no sé qué es esto, o que me pasa

- Tienes la chispa - hablaron Atenea y Lars a la vez, la Arabyan asintió en señal de que el hablara - todos los vampiros le temen, las sombras, los ancianos - miro la cara de Abby, quien parecía no entender - mi padre me contaba historias de pequeño, sobre la maldición de "La Chispa", y su poder para... - hizo una pausa en la que pareció asustado - poder para acabar con nosotros - antes de que pudiera continuar, Malcolm entro al aula con un sonoro estallido en la puerta

- Apolo - llamo - siguen ustedes tres - indico a los Arabyan, ellos se miraron y dudosos subieron a la habitación del Conde, allí los esperaba Claudio

- Entren - demando el mayor, la primera en dar un paso al frente fue Atenea, seguida de Apolo y Artemisa - muéstrame tus colmillos - con una mirada desconfiada abrió la boca dejando a relucir las blancas y puntiagudas perlas, con una regla tomo la medida que había en el centro de ambos extremos - una mordida grande, cuatro centímetros, no es ella - aparto la regla y llamo al siguiente - pequeña, comparada a la de ella, tres centímetros, tampoco - Apolo se apartó dando paso a Artemisa - y por ultimo tu - acerco la regla - tres con cuarenta centímetros, no es ninguno de ellos. Vuelvan a clases - ellos asintieron y se fueron

- Lamentamos la demora - se disculparon al interrumpir la clase con su llegada, Atenea se sentó cerca de Johanne - suerte - dijo amable, mientras le daba ánimos ya que ese día era su turno de dictar la clase - sé que lo aras excelente

- Johanne ¿Podrías explicarnos? - animo la condesa

- Emm... ¿Cree que pueda ayudarme mi hermana? - pregunto tímida, la mujer asintió

- Bien - Atenea se arrodillo frente a ella - solo respira y párate derecha, lo aras excelente - le dio un pequeño apretón en los hombros y se posiciono detrás de ella destapando un pote de polillas

- Esto es lo que voy a enseñarles - volteo a ver a su hermana, ella asintió - antes de hablar con los animales, tenemos que aprender a escucharlos, los vampiros tenemos una audición estupenda, solo debemos practicarla, usarla como un filtro - antes de que continuara fue interrumpida por Malcolm

- Preferiría filtrar esto - dijo burlón - el sol ya salió, deberíamos estar durmiendo y hacer algo más productivo mañana - las gemelas Dracas reían, pero Lars y Apolo se mantenían serios - porque enserio, no me interesan lo que digan esos insectos, solo buscan comida

El encanto de los ArabyanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora