Extra 2: Rewrite the Stars

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21 de diciembre 1885. Londres, Inglaterra. Hogar del Clan Vyrad.

El sol se ocultaba en el horizonte, dándole paso a la oscuridad de la noche, iluminada únicamente por el brillo de las estrellas y el resplandor de la luna llena, que se alzaba sobre las casas. Dos jóvenes vampiros se escabullían entre los pasillos de la gran casa del Clan, ambos reían esquivando las trampas que había, por si algún Mortal intentaba entrar por la azotea.

- Rápido Malcom, tu padre nos va a encontrar – apresuró Apolo acelerando el paso

- Ya voy, pero no quiero que un hacha caiga en mí cabeza – contesto corriendo más rápido

Ambos llegaron al techo poco tiempo después, a la altura que se encontraban, las pocas luces de los faroles del pueblo se dejaban de ver, dejando como única luz el brillo de la luna y estrellas que pintaban el cielo oscuro.

- Nunca me voy a cansar de esto – suspiro el menor, sentándose cerca del borde

- Yo tampoco – comento el moreno

Apolo apoyo su cabeza en el hombro de su acompañante suspirando tranquilo, relajando su cuerpo, viendo las estrellas brillar.

El tiempo transcurrió con lentitud y Malcom rompió el silencio con unas palabras.

- Apolo, hay algo que debo decirte – comenzó, el de ojos violetas se giró a mirarlo – Ahg, no sé, como – evito la mirada del chico – solo – se volvió a quejar y choco sus labios con el Arabyan

Apolo estaba en shock, pues, aunque él amaba a Malcom, jamás creyó que fuera el quien diera el primer paso. Salió del shock y continuo el beso. Los labios de ambos iban en un lento compás, disfrutando el contacto con el otro, cuando el aire comenzó a hacer falta se separaron con lentitud.

- Me gustas – dijo al fin Malcom – me gustas desde hace meses, años tal vez y sé que quiero pasar el resto de mi vida contigo – el chico solo pudo levantarse nervioso, evitando al otro – ¿Qué sucede?

- Es solo, no es fácil – apretó sus brazos – no lo es cuando se como me miraran los demás – subió su vista al cielo – no cuando mis manos están atadas

Nota: a partir de aquí pueden poner la canción

- Se que te quiero – comenzó a cantar Malcolm – no es algo que quiera ocultar, sé que me quieres – se levanto y camino hacia él – no digas que no podrá pasar – el otro se giró, para evitar verlo – crees que escrito no está, pero por ellos el destino te aleja más de mí – lo giro y miro de frente – dentro de mi corazón estas y no dejare que nadie te saque de ahí, y las estrellas cambiar – subió su mentón, viendo sus ojos resplandecer con la luna – di que a mí lado estarás, nada nos va a separar, tu eras a quien debía encontrar – Apolo se dio la vuelta y camino a otro lado – eliges tú, yo te elijo a ti y, nadie más podrá decidir – camino detrás de él – ¿Quisieras la vida cambiar? Reescribiendo las estrellas hoy – el otro salto al techo de al lado

- ¿Crees qué es fácil? – continuó el – ¿Crees que no quiero estar aquí?, pero hay montañas y puertas que no podre abrir – lo miro desde el techo con temor en sus ojos – tú te preguntas por qué, no podemos solo ser lo qué queramos tú y yo – comenzó a caminar hacia atrás – pero la realidad es que no queda esperanza ya para nosotros dos – Malcolm salto al otro techo – las estrellas no cambiaran – tomo su cabeza negando – junto a ti no puedo estar – dándole la espalda siguió caminando – todo nos va a separar – él lo alcanzo y tomo de la cintura – y no eres quién debía encontrar – empujo su pecho apartándose – no decides tú, ni elijo por mí, pues alguien dice a quien elegir – canto haciendo referencia a Sr. Milton – ¿Cómo podría cambiar? – giro sobre sí mismo – Y reescribir las estrellas hoy

El Vyrad lo tomo de la cintura y mano, como si se estuviese preparando para bailar. Lo hizo girar y gracias a sus poderes combinados (inconscientemente) comenzaron a flotar en un baile sin principio o final

- Solo quiero volar a ti – cantaron al unisonó, mientras se abrían y sostenían únicamente de sus manos entrelazadas - soló quiero caer por ti, ya dame todo de ti

- Tan imposible es – canto Apolo

- No, imposible no es – repuso el Vyrad, subiendo su mirada

- Di que posible es – hablaron al mismo tiempo, acercándose más al otro – y las estrellas cambiar, di que a mi lado estarás – ambos sonrieron – Nada nos va a separar, tu eres a quien quería encontrar, lo eliges tú – se separaron – yo te elijo a ti – con un giro Malcolm lo envolvió en sus brazos – y nadie más podrá decidir – giraron aun abrazados – ¿Podemos la vida cambiar? – el Vyrad lo alzo por los aires, tomándolo de la cintura – reescribiendo las estrellas – comenzaron a bajar en una secuencia de giros, con Malcolm agarrando de la cintura a Apolo, y él rodeando el cuello del Vyrad

Ambos chicos se miraron a los ojos, Apolo aún tenía sus dudas, sobre los Ancianos o Sr. Milton, pero al ver a los ojos a Malcom, no le importo nada, solo quería estar con él, está noche y siempre.

- También me gustas Malcom – dijo con seguridad – temo por lo que pueda suceder – admitió – pero ahora no quiero pensar en nada más, solo quiero estar contigo – el otro sonrió

- Es lo que quería escuchar – hablo el Vyrad antes de besarlo nuevamente

Y de esa forma ambos jóvenes sellaron su amor, siendo la luna y las estrellas sus únicos testigos.

Si bien es cierto que el amor es una de las alegrías más grandes del mundo, la vida tenia otros planes para los jóvenes, pruebas que deberían pasar, retos que superar, pues, aunque sus corazones eran puros y sus almas fuertes, las estrellas no pueden ser reescritas, pero si ser vistas desde una perspectiva diferente.

Actualidad, 1889. Nápoles, Italia. Hogar del Clan Nosferas

Dos jóvenes se despertaron exaltados pues el recuerdo de su confesión los invadió por completo, y la reciente ruptura los destrozo.

Ambos sentían ganas de llorar, gritar y correr a los brazos del otro, pero sabían que eso no era posible, por un lado, Malcom tenía su orgullo y la nueva sed de sangre humana, que Tonka le había implementado, a la que ya era adicto, y por el otro, Apolo se sentía atrapado, no estaba seguro de lo que sucedería ahora, noto que el comportamiento de su ex, había cambiado en esos días, pero ahora él no era quien para reclamar, creía que tal vez, esa veracidad y seriedad se debía a la ruptura que sufrieron después de tantos años de relación, algo era seguro y era que no sé rendiría con Malcolm, pero ahora necesitaba tiempo, tiempo para pensar bien las cosas.



- En los momentos mas oscuros: 2 de Septiembre

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El encanto de los ArabyanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora