Capitulo 13

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Bangkok, Tailandia

Una omega se encontraba sentada en uno de los sillones, mientras admiraba el cuadro de su hija, extrañaba mucho su presencia, hace cuatro meses meses que ya no la había vuelto a ver y eso la estaba consumiendo, aunque sabía que en manos de los guardias y de Jisoo, su hija estaría en perfectas condiciones.

Soltó un suspiro al recordar aquel día, en dónde su alfa se enteró del plan que había estado ocultando durante una semana.

Todavía recordaba aquella discusión, pero sabía que valía la pena, ya que su hija sería feliz y eso era lo que importaba, solo su felicidad, no importando las clases sociales, sabía que eran de un poder mayor a los demás, aunque eso no la volvía más que a una persona "normal o común", siempre vio por los demás y las personas que los rodeaban, nunca le importo ser de economía alta, trataba a las personas de la misma forma, se merecían un trato igualitario a ella y si eso era tener que permanecer con los regaños de su alfa, lo volvería a hacer, mil veces más.

Flashback

El sonido de los toques en la puerta, se estaban haciendo más frecuentes, la omega sabía de quién provenía esos golpes en la puerta.

La omega con pesadez y sueño se vio abligada a abrir la puerta de la habitación, al hacerlo fue recibida por su alfa, quién no se miraba feliz de verla.

-Marco... ¿Qué haces aquí? -la omega se encontraba confundida, debido a la hora en que venía a buscarla.

-¿Crees que no me enteraría de tu mentira? -las feromonas del alfa empezaron a ser fuertes, expandiendo un aroma agrio por cada rincón.

-¿De qué mentira hablas? -el alfa río con amargura y cerró la puerta de la habitación.

-Ya sé que fuiste tú, quién le ayudo a Lisa a escapar de aquí -su rostro se encontraba sin alguna expresión en si, solamente miraba a su omega con cierto enojo.

-¿Ya lo descubriste? -el alfa se sorprendió al escucharla, ahora no era la omega que siempre había conocido.

Se mostraba segura de si misma y lista para afrontar cualquier peligro. A pesar de estar temblando levemente ante las feromonas de menta que rodeaban su olfato, la mayor no dejaba recaer su postura, eso lo había aprendido desde el día que se casó con su alfa.

-¿Desde cuándo lo has ocultado? -la mirada de la mayor no se dejaba intimidar por la otra.

-Desde hace cuatro días, me sorprende que no estés al tanto de tú hija -declaró con firmeza y un tanto extrañada al notar que su respuesta era cierta.

-Dime en dónde está Lisa -la omega negó y retrodecio unos pasos al ver como el alfa se acercaba a ella con lentitud.

-No lo sé, yo también quisiera saber en dónde está mi hija -el alfa aceleró sus pasos y tomó ambos brazos, mientras ejercía fuerza en ellos.

-¡Dime en dónde está! -la omega empezó a delirar del dolor, al notar la fuerza que tomaba en su piel.

No había duda que le dejarían huellas de sus dedos en los brazos.

-Ya te dije que no lo sé, por favor, suéltame -mencionó en súplica al sentir el ardor, como si estuviera hirviendo en el fuego mismo.

- Lo lamento, yo... no quería hacerlo-la omega se miraba aterrorizada, sus feromonas salían sin control alguno, se encontraba asustada por aquellos impulsos del mayor.

- Retirate de la habitación, por favor, quiero estar a solas - las lágrimas se deleitaban en sus mejillas, el alfa al verlas se sintió el peor hombre y esposo para su omega.

𝑴𝒊 𝒐𝒎𝒆𝒈𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora