-¡Chicas! Hubo una cosa de la fiesta de la que no os avisé, o sea, os va a encantar...
-¿Qué es?-preguntan todas entusiasmadas.
-¡Ahora lo veréis!
Verónica abre la puerta y aparece un chico joven muy musculado con escasa ropa unas gafas de Sol y una gorra de policia.
-¿Y este?-exclama Roberto.
-¡O sea, os dije que os encantaría, es un Stripper!
Las chicas gritan como locas mientras el chico comienza su número.
-¿Pero esto qué es?-susurra Christian.
-Tío, un Stripper.
-Yo estoy mejor que ese, como me quite la ropa...
-Va, tampoco estará tan mal, no creo que quiera que le chupemos nada.-susurra Roberto.
-Roberto, nano, estás fatal.
El Stripper se acerca a las chicas y agarra de la mano a Roberto para que se siente en una silla delante de él.
-¿Qué? No, no, o sea, elige a otra.
-Ven aquí, ya verás como te va a gustar.
-¡OH, NO!
Todas gritan mientras el Stripper se quita la ropa delante de ellas con Roberto en primera fila. Cuando se quita el pantalón ven que lleva puesto un tanga de leopardo que hace que las chicas griten más fuerte, éste empieza a bailar encima de Roberto y después saca de detrás de la silla una porra de policia que le da a Roberto.
-¡Vamos, dame fuerte!
-¿Qué?
-¡Dame!
Roberto flipando le da con la porra en el trasero al chico. Después el Stripper acerca la pelvis a la cara de Roberto mientras se va quitando el tanga.
-Pobre Rober.
-Ya ves.
-Le va a meter toda la polla en la boca como siga así.
-¡Joder, Christian!
Christian en pleno ataque de algo va hacia donde están Roberto y el Stripper y tira hacia abajo del tanga, despúes le golpea con la mano en el trasero, el chico se da la vuelta y Roberto aprovecha para quitarse de ahí pero el Stripper coge a Christian y lo sienta a él.
-De la que me ha salvado.-le susurra Roberto a Mario.
El Stripper se menea por encima de Christian que está traumatizándose.
-¡Vamos toca!
Una de las chicas salva a Christian de aquello empujándole y sentándose ella en la silla para tocarle todo al Stripper.
-Christian, estás vivo, pensábamos que te habíamos perdido.
-¿Estás bien?
-¡¡UN TÍO ME ACABA DE PONER SU POLLA EN MI CARA Y ME HA DICHO QUE SE LA TOQUE!! ¿¡CÓMO COÑO VOY A ESTAR BIEN?!
-Oye, que al que había escogido era a mí, tú has ido por que te ha dado la gana.
-Para disimular.
-Sí, claro, tú es que lo estabas deseando viciosilla...
-Nano, joder, ¡cállate la boca!
El Stripper acaba el número y después de un rato se va, dejando a todas las chicas cachondas perdidas.
-Por fin.
-¿Qué pasa?
-Creo que me ha traumatizado esto.-susurra Mario.
-Anda, a nosotros no, ¡NO TE JODE!
-¡OH!-grita una de las chicas.
-Oye, no hace frío y... la piscina está llena de espuma...-dice Verónica.
-¡Yo no llevo bikini!-exclaman varias chicas a la vez.
-¡Pues nos bañamos desnudas!-grita Verónica.
-¡SÍ!
Las chicas corren a la piscina quitándose los pijamas.
-Esto suena bien...-susurra Roberto.
-Joder, mira a esa.
-¡Chicas! ¡Vamos venid a la piscina!-gritan.
-¿Nosotras?
-¡Claro!
-Es que... no... no podemos...
-¿Qué? ¿Por qué no?
-Es que...
-Estamos con la regla, o sea.-se apresura Mario.
-Oh, ¿las tres?
-Sí... es que... claro como siempre estamos juntas pues nos sincronizamos.
-Oh, claro.
-¡Qué pena, chicas!
-Ya.
-Están todas desnudas delante de nosotros, chavales.
-¡Oh, sí!
-Ojalá pudiera meterme ahí y follármelas a todas.-dice Roberto.
-Mmm... si quieres...-Christian empuja a Roberto a la piscina y este cae en ella.
-¡Socorro!
-¡Alessandra! ¿estás bien?
-Sí, estoy mejor que nunca.
-Oh, ¡que bien!-la chica grita y salta.
Las chicas siguen disfrutando en el agua mientras Roberto se acerca hacia Christian.
-¡SERÁS CABRÓN! ¡CASI SE ME CAEN LAS TETAS Y NOS PILLAN RETRASADO!
-Hay que ver como se marcan los pezones de tus tetas de plástico eh, Rober.
Roberto agarra a Christian del brazo y lo tira hacia la piscina.
-¡Me cago en tu madre! Se me han bajado los pantalones del pijama.
-¿Estás desnudo?
-Sí, OH...
-¿Qué pasa?
-Alguien... me acaba de agarrar la polla.
-¿Quién te va a agarrar la polla a ti?
-Nano, te juro que alguien me ha agarrado la polla.
-¿Y te ha gustado?
-Pues creo que sí.
Roberto estalla a reir a gritos.
-¿Se puede saber de qué coño te ríes?
-Es que... ¡he sido yo!
-¡Serás maricón!
-¡Eso serás tú que te ha gustado!
-Busca los putos pantalones del pijama, estoy desnudo.
-Llevas la camiseta.
-¡Que los busques!
-Toma, están mojados.
-No me digas.
-Va, póntelos.
-¡Oh, al final os habéis decidido!
-¿El qué?
-¡Os habéis metido en la piscina!-Verónica salta de alegría.
-Sí, sí.
-Menos mal que no se nos han caído las pelucas...
-Pues si, ni las tetas.
-Oye, que voy.
-¡NO, MARIO!