Capítulo 7: Los gustos de Hinata

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—Entonces eso es lo que has estado haciendo todo este tiempo —Comentó un asombrado Naruto, que pese a su personalidad extrovertida, se había mantenido callado mientras el Uchiha le explicaba sobre los acontecimientos de su vida los últimos años.

—Hmp —Asintió desviando su mirada un segundo hacia donde estaba su gente, sintiendo un alivio al notar que cierta Hyuga se encontraba entre ellos

—Quien diría que Hinata-chan sería quien descubriría tu secreto, Sasuke —El rubio se burló, riendo poco después por las vueltas que daba la vida— Parece que ella se lleva bien con todos.

—¿Crees que alguien pueda llevarse mal con Hinata? —Comentó casi que inconsciente, y al girarse hacia su amigo, comprobó que no se esperaba de él esas palabras— ¿Qué?

—Nada, tienes razón, nadie puede evitar caer ante la amabilidad de Hinata-chan. Ni siquiera el amargado Uchiha —Ante su ceño fruncido, Naruto sonrió más— Ya deja de enojarte tanto, o te pondrás viejo rápido bastardo.

—Viejo te ves tú con ese corte de cabello, ¿Qué demonios te pasó?

—Esto es sabiduría, pronto me convertiré en Hokage, ya lo verás —Sasuke sabía que eso sucedería, pero igual le gustaba molestar al idiota— Me iré, Sakura-chan debe necesitar ayuda en el hospital y quiero ver si puedo hacer algo por ella. Tú regresa con tu gente.

Con un asentimiento, Sasuke se despidió y fue rápidamente a encontrarse con la preciosa mujer que lo atraía como imán. Apenas las personas percibieron la presencia de su líder, daban reverencias y preguntaban por su salud, pero su atención estaba enfocada en algo más. Shiro, quien hablaba con Hinata, sonrió haciéndose a un lado cuando miró al Uchiha llegar. Ante esa acción la joven Hyuga se giró hacia donde la atención de todos recaía, encontrándose con Sasuke, quien la miraba con la cabeza ladeada, analizándola por interminables segundos para luego dirigirle una pequeña sonrisa ladeada que aceleró su corazón.

—¿Todo está bien, Sasuke-kun? —Indagó tímidamente, intentando no sonar tan nerviosa por la forma en que la miraba.

—Por ahora, lo está —Asintió, dando los pasos que le faltaban para acortar la distancia, y con un gesto le indicó que lo acompañara a un lugar más apartado de su gente, pues apenas los ven a los dos juntos, parecieran estar alertas, como si pensaran que en cualquier momento alguien pudiese aparecer atacando a sus líderes. Pero una simple señal del Uchiha los hace descansar, apartando la vista para no incomodarlos— Quiero hablar contigo un momento.

Hinata asintió, siguiéndolo unos metros más allá de donde se había establecido toda la gente de El Sonido, escondiéndose entre los árboles para sentir que estaban solos, aunque eran plenamente consciente de la atención que recibían de todos.

—¿Todo está bien con tu familia? —Indagó el Uchiha tomando con delicadeza la mejilla de la joven en la palma de su mano, disfrutando de acariciar la suave piel pálida que poco a poco tomaba una tonalidad más rojiza.

—Sí, solo están un poco confundidos y sorprendidos... en especial Neji-niisan —Hizo una adorable mueca que divirtió a Sasuke— ¿Le explicaste todo a Naruto-kun?

—Sí, la aldea que mantuve en secreto no se podrá mantener oculta por mucho tiempo más.

A pesar de la seriedad de sus palabras, y la certeza de que era un tema delicado que se debía tratar, Sasuke parecía más concentrado en acariciar con sus pulgares las mejillas de la joven, para luego pasar a su cabello y enterrar sus dedos entre los mechones azulinos que ahora se encontraban sueltos. Hinata se dejaba hacer, disfrutando de las atenciones que recibía, inclinado su cabeza más hacia ese toque que la tenía hechizada.

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