Hinata no sabía donde estaban, solo que parecía ser un apartamento pequeño. No tuvo mucho tiempo de inspeccionar cuando ya tenía nuevamente al Uchiha sobre ella, abrazándola por completo y apoderándose de su boca como quien conquista una tierra. La cargó en sus brazos sin dejar de besarla, y la llevó a la habitación que hace un tiempo había habitado en esa aldea. Con delicadeza la depositó en la cama y se permitió separarse un poco, lo suficiente para poder ver ese par de ojos perlas y hacerle entender que eso estaba por suceder. Que luego no habría marcha atrás y que muy probablemente el no pudiese dejarla atrás.
-Hinata -Susurró con su voz grave, cargada de ese deseo contenido que estaba a punto de desatar. Era una sugerencia, si no se detenía ahora, no lo haría después.
-Yo también quiero esto, Sasuke-kun -Murmuró, sintiendo como sus mejillas se enrojecían, pero sin apartarse de su cuerpo- Yo te quiero.
Escucharla decir esas palabras fue suficiente incentivo para él. Con un gruñido se abalanzó nuevamente sobre su boca y no perdió el tiempo en ir desapareciendo una a una cada prenda de ropa que le impedía adorar su cuerpo como deseaba.
Si antes estaba hechizado por ella, ahora su locura no tenía límites.
No podía creer lo maravillosa que era su Hime, la suavidad de su piel lo tenía delirando, y los sonidos que salían de sus deliciosos labios rosados cuando él besaba y acariciaba, era simplemente una dulce tortura.
Hinata al principio se avergonzaba de la insistente mirada de Sasuke que no quería perderse nada de su cuerpo, pero era esa misma intensidad la que la mantenía ansiosa, deseosa por más de él y las sensaciones que le podía hacer sentir.
Era una experiencia nueva, pero igual de consumidora y arrasadora, desconocía de donde salían los gemidos, y la manera en la que su cuerpo se retorcía cuando en un momento tuvo los dedos de Sasuke en su interior.
Él lo estaba perdiendo.
Su razón.
Su cordura.
Terminó por quitar sus propias prendas y ya sin nada que los separara, se posicionó en el medio de las blanquecinas piernas que rápidamente lo rodearon. El ambiente se había vuelto caliente, a pesar de la temporada fría que comenzaba a llegar, pero aún así no quería apresurarse, ni causarle dolores innecesarios a su Hime.
-S-Sasuke -Pero ese gemido ahogado terminó por romperlo.
Sin pensarlo más, se introdujo en su interior. Cálido, húmedo, apretado.
Y dio rienda suelta a sus instintos, que Hinata muy bien recibía y adoraba.
Ella era receptora de todo él, su amor, su forma de ser, su sobreprotección, y tantas cosas que lo convertían en Sasuke Uchiha.
Hinata temblaba. Lo abrazaba con tanta fuerza y sus uñas encontraron su camino en la ancha espalda. No había podido parar de jadear, y dejó de pensar cuando las embestidas se volvieron más fuertes, rápidas y certeras.
Ambos moviéndose sincronizados, besando cuanta piel podían, sin dejar de aferrarse el uno al otro.
Hasta que no pudieron soportarlo más, y se dejaron llevar por esa nube de placer que los cubrió con tanta intensidad.
Decir que lo habían dejado allí sería falso, porque una vez que el Uchiha probó a su mujer, porque ahora eso era Hinata para él, ya no parecía satisfecho solo con eso.
No descansaron mucho esa noche, pero tampoco era algo que les preocupara cuando al amanecer se dejaron caer sobre la cama, saciados, exhaustos, pero completamente felices de haberse tenido. De haber vivido esa experiencia.
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La Sombra del Sonido
FanfictionSus corazones se hallaron, bajo la sombra del sonido. . . Después de la guerra, a pesar de haber decidido regresar a la aldea de La Hoja, Sasuke no se sentía a gusto ni bien recibido. Era de esperarse pues había cometido muchos errores durante su vi...