Una Noche De Tormenta

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Había empezado a llover, una tormenta, resonaba por toda la casa, Edra estaba en la cama sentada mirando a la nada, Dorian entró al dormitorio con un caldo caliente y se lo entregó a Edra.
- Aquí tienes, para que entres en calor. No se que pinta esta tormenta en principios del verano.- Replicó Dorian.
Edra formó una pequeña sonrisa en sus labios y Dorian se sentó a su lado, ambos se miraron y se sonrojaron.
- ¿Estas nerviosa?
- No.- Mintió Edra.
- No me mientas, noto tus latidos.- Sonrió Dorian. Edra miró al suelo.
- ¿Por que me miras así?.- Replicó Edra.
- Nada, tu sonrisa, me encanta.
Edra se levantó para dejar su vaso en la mesa y Dorian la cogió de los brazos haciendo que se sonrojara, y sentandola de nuevo en la cama, se acercó a ella dejando que la luz de la luna hiciera realzar su mirada penetrante en ella.
- Sigues nerviosa.- Aclaró Dorian. ¿Por qué?
Edra miró al suelo sonrojandose levemente, entonces Dorian se dio cuenta de que era el quien lo provocaba, esta vez fué Dorian quien se levantó y Edra le agarró del brazo tirando de él haciendo que cayera tumbado en la cama. Un trueno sonó tan cerca de ellos que Edra se excitó y saltó encima de Dorian, el sonrió estúpidamente.
- Oye si te asusta un simple trueno, no me imagino lo que harás al ver una bestia. Edra fruncio el ceño y le solto una bofetada.
- No seas estúpido.
- Vale preciosa.- Edra miro para otra parte y se tumbó en la cama mirando el techo junto a Dorian.
- Dorian.
- ¿Si?
- Prometeme que no me pasará nada, por favor.
- Mientras estés conmigo no permitiré que nada te lastime.-Dorian miró a Edra y contempló su hermoso perfil.
- Edra.
- ¿Si?
Edra miro a Dorian descubriendo que minutos antes la contemplaba sin darse cuenta, Dorian se acercó a ella, ambos se giraron y se miraron fijamente unos minutos.
- Me alegro de haberte encontrado.
- Y yo de que me encontrases. Dorian sonrió y quitó un mechón de pelo que cubría el rostro de Edra, haciendo que se sonrojase.
- Te pongo nerviosa, y no mientas sabes que puedo sentirlo.
- Si parases de sonreir con esa sonrisa tan perfecta que tienes, a lo mejor no estaría tan nerviosa.- Dorian soltó una pequeña carcajada y se acercó aún más a Edra, apenas estaban a un centimetro, sono otro trueno haciendo que Edra se acurrucara junto a Dorian apoyando su cabeza en su pecho.
- Tu también estás nervioso.- Susurro Edra, Dorian la escuchó.
- Edra, tú me pones nervioso. Edra sonrió y lo miro a los ojos.- ¿Qué pasa?
- Nada, solo eres muy lindo.
Rapidamente Edra se levantó y fue hacia la puerta, notó como Dorian la cogía de la cintura haciendo que ambos estubiesen demasiado cerca, Edra se dio la vuelta y Dorian la acorraló contra la pared, Edra lo miró a sus ojos que a la vez estos miraban fijamente sus labios.
- Dorian...yo...no...- Dorian la interrumpió.
- Sshh, tranquila.
Sus labios pasaron por su cuello con pequeños besos, después sintió que estaba en su mejilla y cuando besó su comisura del labio, tiró a Edra en la cama situandose encima de ella.
- No...Dorian...basta.- Dorian seguía y no le hacia caso.- Dorian...¡Para yaaa!
De repente el grito de Edra resonó por toda la habitación, Dorian se apartó y vió que Edra se había tranformado de nuevo en ese ser sin control, debía haberle hecho caso al principio y no haber hecho nada.
- Edra, cálmate.- Suplicó Dorian.
- BASTA.- Edra se acercó a Dorian y le cogió del cuello elevándolo, Dorian no podía respirar, no quería usar sus poderes para no dañarla, pero no hubo elección, lanzó un fuerte rayo sobre ella, increible, ni se inmutó, Dorian no sabía que hacer, al instante un humo negro apareció en la habitación, era Ani que instintibamente tocó a Edra susurrando unas palabras que hicieron que Edra cayera desmayada al suelo.
- ¡¿Pero qué coño has hecho Dorian?!
- Em...yo solo...le bese la mejilla...una vez...
- ¿Solo?
- Esta bien me excité y no logré controlarme, ella me dijo que parase pero no le hice caso.- Lamentó Dorian.
- Uf Dorian, controlate.
- Oye, ¿como conseguiste tranquilizarla?
- Pues no se, noté que pasaba algo y vine de inmediato, la toqué para tranquilizarla y se desmayó, por cierto pongámosla en la cama.
Dorian asintió y la cogió en brazos tumbándola en la cama, le dió un beso en la frente.
- Buenas noches preciosa.- Susurro Dorian.
- Sera mejor que me quede esta noche con vosotros, no vaya a ser...
- Ja ja no hizo gracia Ani.
- En verdad si y mucha.- Ani empezo a reir.- Buenas noches.
Ani se marchó a otra habitación libre y se acostó mirando al techo pensativa, minutos despues se durmio.
Ani se movía en la cama inquieta, veía parpadeos de luz en su mente.
- Hernamita, hermanita, ven...
Ani escuchó una voz en su mente, los parpadeos cesaron y se encontraba en un lugar oscuro y malvado, a lo lejos vió una torre, sin dudar un instante corrió hacia ella y al entrar no pudo ver bien, la niebla le tapaba la vista. El número diecinueve, estaba situado en una celda, levanto la vista y pudo ver...
- ¿He-he-hermano?
- Hola Ani.- Iván, su hermano mayor estaba ahí.
- ¿Que ocurre, estoy soñando, por que no has envejecido nada?
- Es una visión que te mando desde donde estoy, aquí no pasa el tiempo, Ani debes ayudarme a salir de esta prisión, Ani estoy en...- Ani abrió los ojos inquieta por saber donde se encontraba, estaba en la habitación, sudando y con la respiracion entre cortada.
- Ani, ¿que ocurre?.-Entró Dorian por la puerta.
- Nada, solo una pesadilla.- Ani no sabía si contarlo, se tumbó de nuevo y Dorian se marchó.
Dorian llamó a la puerta de la habitación de Edra.
- ¿Si?.- Sono al otro lado.
- Edra, ¿estás despierta?
- Sí, pasa si quieres.- Edra se encontraba mirando por la ventana la luna.
- ¿Como estás?
- No recuerdo nada Dorian, ¿que sucedió?.- Dorian miró al suelo.
- Nada, nada importante.
Edra no recordaba lo que había pasado, mejor para Dorian, había sido un grave error, haberse dejado llevar por sus sentimientos.
- Escuché a Ani gritar, ¿pasó algo?
- No, solo una pesadilla.- Edra asintió y lo miró a los ojos de Dorian que mostraban algo de culpa.
- ¿Que te ocurre?
- Nada, solo pienso en lo que te pasó, si no hubiese sido por Ani, dudo que seguiria vivo.- El hizo una pequeña sonrisa que hizo que Edra lo abrazase.
- Dorian no digas eso, nunca te dañaría.- Dorian se sonrojo al igual que Edra.
Edra se dirigió hacia la habitación de Ani para hablar, necesitaba consejo.
- Ani, ¿podemos hablar?- Dijo Edra asomandose por la puerta.
- Claro que sí tia, pasa.- Ani sonrió.
- Verás, no se que me pasa pero cuando estoy con Dorian...- Ani la interrumpio.
- Te pones nerviosa y te comportas como una tonta.- Ani acertó.
- Jajaja, sí, asi es.
- Pues creo que se como se llama eso...- Ani hizo una pausa inquietante.
- Vamos Ani dilo.
- En pocas palabras, te-gus-ta. Vamos Edra no lo niegues, anda que no es perfecta su sonrisa.- Ani movio sus cejas insinuando algo.
- No, no, no, definitivamente NO.
- Ts si tu lo dices...- Edra miro mal a Ani.- ¿Que?
- Eres tremendamente tonta.- Ambas empezaron a reir.
- Pero me quieres y lo sabes, jajaja.
- ¡Claro que sí mujer!
- Oye Edra, mañana estareis tu y Dorian solos en casa y por favor, no hagais nada...
- ¿Que quieres decir?
- Lo que paso esta noche, ¿recuerdas?- Edra no sabia de lo que hablaba asi que Ani supuso que no recordaba nada de lo sucedido.- Nah, dejalo.
- ¡Poncho! Me olvide que sigue en mi casa, ¿hay alguna forma de traerlo aqui?
- Bueno...puede que si.- Pero hace mucho que no hago el hechizo.
- Por favor intentalo.- Le suplico Edra.
- No, lo harás tu misma.- Edra entre cerró los ojos y miro a Ani con cara desafiante.
- ¿Cómo?, si no se ni controlarme.
- Mira es sencillo. Ani coloco las manos de Edra sobre las suyas boca arriba, ella cerró los hojos.- Repite conmigo...- Edra cerro los ojos y dijeron ambas.
- ¡Si alguien quieres encontrar, algo debes sacrificar!- De pronto la muñeca derecha de Edra empezo a sangrar y a su lado un humo negro se iba expandiendo hasta que apareció Poncho.
- ¡Poncho, ven aqui cosita mía!- Edra abrazó a su perrito.- Ay mi muñeca, esta sangrando.- Edra hizo una mueca de dolor mientras Ani se la envolvía con una venda.
- Vés, lo conseguiste, tienes mucho poder Edra.
- Bueno, es solo in simple hechizo.
- ¡Pero si a mi me costo conseguirlo a la perfección en dos meses! Anda no digas bobadas.
- Jajaja esta bien tu ganas.- Edra bostezó.- Bueno creo que me voy a la cama, ya es muy tarde.
- Buenas noches pequeña hechicera.
- ¡Te quiero! Buenas noches Ani.- Edra la abrazó y se marchó a su habitación para descansar después de un largo día.

La Luz En la OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora