Leí el expediente que había pegado hace tan solo un rato: al parecer era una mujer que servía al antiguo piso de Maite; tenia un expediente policial bastante amplio, en donde se incluyen tráfico de drogas, prostitución y amenazas y daños al cuerpo de policía y a la ciudadanía.
Lo más lógico era que hubiera roto esa hoja porque Chusa ya no está entre los vecinos, aún así yo creo que les podría haber servido como prueba de que los de Montepinar tenían "problemas con la justicia".Cogí mi móvil y marqué un número de los vecinos del antiguo edificio al azar. Al marcar me contestó un hombre que con tan solo oír su voz le reconocía.
Amador: ¿Quién es?
Leire: Soy Leire.
Amador: Ah vale vale, ¿la chica nueva?
Leire: Si, esa. Verás, he encontrado uno de los expedientes que tiene la marquesa, no sé si podrías decírselo a los vecinos de alguna forma, lo digo porque muchos os encontráis más en los interiores que en los exteriores.
Amador: Claro claro claro...
Hubo un momento de silencio incómodo. Estaba esperando una respuesta suya o similar; de ella nada escuché a Amador hablando con otro hombre, creo que era el hombre medio calvo y bajito que estaba a su lado durante la reunión. Como hablaban algo bajo no les pude escuchar bien, cuando al momento vi que Amador me volvía a hablar.
Amador: Verás Leire... mejor te añado al grupo de los vecinos de Montepinar. Ahí ya podrás decir lo que me acabas de chivar, que me da una pereza importante.
Leire: Eh... está bien.
De ahí en un microsegundo Amador colgó el teléfono.
Ese hombre tenía algo que no me convencía de que fuera buena espina, pero formaba parte del grupo, así que es lo que hay.Deje el móvil en la mesilla del salón y fui a ducharme.
Cuando acabé fui a ver la tele, y vi que me llegó una notificación del grupo de Montepinar.
Y de ahí llegó otra, y otra... y otra... y otra más. Estaban discutiendo sobre si es mejor el jamón de cerdo o el de pavo: cada día son más espontáneos y raros.Aproveché que estaba más de la mitad del grupo chateando para comunicar la noticia del expediente de Chusa.
Escribí un párrafo de cinco líneas, que no es mucho ni poco, por lo que era aceptable leerlo, pero aún así me llegaron tres mensajes: de Amador, de Fermín y de Vicente pidiéndome que si podía mandar lo que había escrito en audio. Sinceramente, los mandé a la mierda, que aprendan a leer algo importante al menos una vez en su vida.
Varios vecinos me respondieron con que les mandara una foto, algo que a continuación hice.
Al hacer eso Agustín mandó un sticker de Bruno en una junta con cara de sorprendido. Y el siguiente mensaje fue de Bruno escarmentando a Agustín por hacerle un sticker sin permiso, diciendo que tiene derechos de imagen y que le puede demandar.Antonio mandó un mensaje por el grupo con la propuesta de convocar otra reunión secreta para hablar sobre el papel pegado con celo transparente. La mayoría de los implicados estaba de acuerdo, pero Doña Fina, Bruno, y yo, estabamos en contra, y pensábamos que era mejor buscar más pistas o intentar entrar a casa de la marquesa para conseguir directamente la carpeta y así no perder tiempo.
Agustín hizo una encuesta para ver si hacíamos reunión o esperábamos.
Al final, como dimos los tres nuestros argumentos, ganó la espera y la obtención de la carpeta.De ahí pasaron a otro tema de conversación: sobre que villano de Disney era la presidenta. Ya pasaba del tema, así que silencié el grupo durante 8 horas, y me fui a prepararme para ir a dormir.
...
A la mañana siguiente me desperté para empezar a trabajar en la pescadería de Antonio.
Cada vez estaba más acostumbrada al olor a pescado, por lo que considero que este trabajo tiene alguna cosa positiva.Al entrar a la pescadería me encontré con Berta despachando a dos clientas que estaban escogiendo que lubina llevarse.
Para que me entretuviera, Berta me mandó a ordenar el género que había en la caja frigorífica. Al entrar en ese cuarto me arrepentí de ir en manga corta, hacía un frío que creo que estaba peor que en los Pirineos.
Como no me dijo en que orden poner el género decidí hacerlo en orden alfabético y por tamaño. Desde bien pequeña tengo una obsesión por el orden, y se me da bastante bien.Vi que un rato más tarde, cuando estaba ya acabando de ordenar, entra Antonio. Al ver lo que había hecho tenía una cara extraña: no sabía si estaba enfadado o sorprendido.
Leire: ¿Antonio?
Antonio me miró rápidamente con cara de sorpresa.
Antonio: ¿Esto lo has hecho tú?
Leire: Sí... Berta me pidió que ordenara el género, no sé si lo he hecho bien.
Vi como Antonio se acercaba a las cajas de marisco que estaban ahí guardadas, se giró segundos más tarde para verme y sonrió.
Antonio: ¡Nunca había visto el género tan ordenado! Ojalá los sin papeles fueran igual de correctos que tú Leire.
Leire: Gracias, supongo....
Antonio: Creo que estás preparada para tener tu mote en esta comunidad.
No sabía si tomármelo como un cumplido o como una ofensa sobre el tema del mote.
Leire: No hace falta, de verdad.
Antonio: Si si si que hace falta, todos aquí tenemos uno.
Tenía ganas de irme de aquel lugar antes de que Antonio volviera a hablar.
Antonio: La Rottenmeier.
Leire: Eh, ¿porqué Rottenmeier?
Antonio: Hombre, porque te gusta lo correcto, en las reuniones se ve que tenientes mano dura, y porqué tú y yo haremos un buen equipo.
Leire: ¿Cómo equipo?
Antonio: Bienvenida a Los Payasos Justicieros.
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"La más normal" || La Que Se Avecina
FanfictionLeire Gil deja su vida en el prepirineo para estudiar en Madrid y hacer su vida lejos de su familia. Se muda a un edificio señorial en el centro de la capital pensando que podría encontrar el lugar idóneo para cumplir sus objetivos, pero verá que no...