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Ten;
"La promesa de un verano diferente"𝒟espertar recordando a Jia y Hanbin besarse en el patio trasero era la peor pesadilla mi vida.
Pero no era un sueño, era completamente real.Fue como un golpe en el estómago, una mezcla de incredulidad y confusión. Mi corazón latía descontrolado mientras intentaba procesar lo que mis ojos habían visto. Había deseado en ese momento que el suelo se abriera y me tragara.
Una parte de mí quería enojarse con Jia y gritarle de todo, pero en el fondo, ¿Qué diablos iba a decirle?
"Como te atreves a besarte con el chico de mis sueños—"
Eso sonaba patético.Mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando mi teléfono vibró en la mesita de noche. Lo miré con desgana, viendo el nombre de Mei en la pantalla. Suspiré y decidí contestar, necesitaba hablar con alguien.
—Hola —dije, tratando de sonar más animada de lo que me sentía.
—¡Hana! ¿Cómo estás? —preguntó, casi en un grito de emoción.
¿Cómo podía responder a esa pregunta? No tenía idea de cómo me sentía realmente. Solo sabía que estaba hecha un lío.
—Estoy... bien, supongo.
—Ajá, cuéntame todo.
Me mantuve en silencio durante unos largos segundos, hasta que cedí.
—Es solo que... todo es un desastre, Mei. Ni siquiera sé por dónde empezar.
Ella dejó escapar un suspiro comprensivo.
—¿Quieres hablar al respecto?
Y así lo hice. Le conté sobre lo que había visto en la fiesta. Mei escuchó en silencio, y cuando terminé, habló con calma, regalándome sus sabios consejos.
Al colgar, empecé a pensar en sus palabras; "Es un imbécil, Hana. Con la de chicos guapos que hay..."
Quizás tenía razón, quiero decir, llevaba demasiado tiempo rondando alrededor de Hanbin como una tonta.
Distanciarme un poco de él quizás sería una buena idea.Me miré en el espejo antes de bajar a desayunar y lo que vi no me sorprendió en absoluto.
Mis ojos estaban rodeados de sombras oscuras. Mi cabello despeinado caía en mechones rebeldes sobre mi frente, y mis mejillas parecían haber perdido ese toque de color saludable que solían tener.Tomé un respiro profundo y pasé mis dedos por mi cabello en un intento de domarlo un poco. Mis dedos rozaron mi frente, y me di cuenta de que incluso mi piel se sentía más tensa de lo habitual.
Decidí aplicar un poco de corrector en mis ojeras, tratando de disimular el cansancio que se reflejaba en mi rostro. No era el tipo de persona que solía preocuparse demasiado por el maquillaje, pero en ese momento sentía la necesidad de ocultar cualquier rastro de vulnerabilidad.
Bajé las escaleras con paso decidido, sintiendo la tensión en mis hombros disminuir.
Agarré una manzana de la cocina y me dirigí al salón. Sinceramente, no me apetecía comer junto a Jia, así que preferí evitarla y tratar de mantener mis pensamientos ocupados. Me senté en el sofá, tratando de enfocar mi atención en la manzana que sostenía en mis manos.
Me mordí el labio inferior, luchando contra las emociones que amenazaban con inundarme.
Eché un rápido vistazo al suelo de la sala de estar. El lugar seguía siendo un completo desastre; vasos vacíos, platos sucios y confeti que se extendían por los muebles. Mamá todavía no había llegado a casa, pero estaba segura de que limpiar todo eso sería un trabajo de semanas.
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𝗗𝘂𝗹𝗰𝗲𝘀 𝗱𝗶𝗲𝗰𝗶𝘀𝗶𝗲𝘁𝗲 ✿ Sung hanbin.
Romance¿La época más esperada del año? El verano. Para los adolescentes es como la luz al final del tedioso túnel llamado "instituto". La abrumadora llegada del calor significa que las vacaciones empiezan. Como cada año, el pequeño pueblo costero en el qu...