Capítulo 8

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Al día siguiente fui a la editorial muy temprano... y cuando digo muy temprano es en serio temprano. Es más, yo creo que llegué dormida. Sabía que Santiago ya estaba en Lima y tenía muchas ganas de verlo. Le pregunté a Andrea (la secretaria del Sr. Robles) por Santiago, se sonrojó antes de contestarme, me dijo que estaba esperando al Sr. Robles en su oficina.

Me dirigí hacia ahí y lo vi sentado con la laptop en frente.

—Creo que tienes una víctima más... Andrea ya se está derritiendo por ti —dije al cruzar la puerta.

 Se quedó en silencio, estaba sonriente y no dejaba de mirar la pantalla de su laptop.

—¿Qué? ¿No hay ni un abrazo? —Protesté.

Escuché una risita que venía desde su laptop. Él la giro y en la pantalla pude ver a una risueña castaña, de pelo largo y liso.

Hola —Me dijo la chica desde la pantalla.

—Ehh... hola —contesté nerviosa —creo que mejor los dejo... para que sigan hablando.

No, espera... tú debes ser María, yo soy Luciana. Quiero que sepas que estoy encantada de prestarte a mi novio.

—Yo... eso... no es nada romántico, Santiago para mí es como un hermano mutante, un extraterrestre... no sé, es más, si lo prefieres, ya no hacemos nada de eso, yo también lo he pensado...

Ella se reía con cada palabra que yo decía, me empezaba a sentir estúpida.

No, tú me estás haciendo un gran favor —dijo finalmente —Si Santiago no tuviera en que entretenerse, seguramente estaría por aquí molestando.

—Gracias amor, yo también te amo —dijo Santiago.

Shh... —dijo ella y volvió a reír —Espero conocerte pronto, es decir, en persona... vendrás a nuestra boda ¿no?

—Bueno, yo... estaré encantada de ir, aún no sé cuándo será pero estaré ahí, sin duda.

¿Santiago no te ha invitado? Ay, este chico es de lo peor.

—¡Hey! Sigo aquí, lo sabes ¿no? —Protestó Santiago y giró la laptop hacía él.

—¡Hey! Estoy hablando con María —dijo Luciana.

Fui hacia el lado de Santiago, parecía que esos dos eran bastante propensos a discutir.

—Ahora si los dejo solos. Luciana, yo también espero conocerte pronto, fue un gusto hablar contigo.

Ha sido un gran gusto para mí también, y nos veremos antes de lo que piensas tenlo por seguro.

 Me despedí y esperé fuera de la oficina, volví a entrar cuando llegó el Sr. Carlos, no sin antes pasar un momento incómodo cuando me dijo que le daba mucha pena que no siguiera siendo novia de Daniel.

 El Sr. Robles me felicitó por los resultados de esa gira, que la promoción había resultado muy bien, que las ventas estaban cumpliendo las expectativas y que aquí todavía me quedaba trabajo por hacer. Eso lo sabía perfectamente, yo en ese momento solo quería regresar a mi casa a dormir, pero tenía que ir a la radio para una entrevista de tan solo 10 o 15 minutos, "el precio de la fama", por un instante recordé a Daniel.

 Santiago y yo nos despedimos de nuestro jefe y yo ya estaba lista para ir a la radio.

—Espero que te vaya bien —dijo Santiago.

—¿Tú no vienes conmigo?

—No, yo sí puedo dormir y lo haré.

—Eres cruel... se supone que aún eres mi "asistonto".

Matando ilusionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora