—No puedo seguir con esto —Le dije a Gabriela muy segura.
Juntas veíamos los comentarios de las fotos que había subido Santiago al Facebook (y no a su Facebook ¡a mi Facebook!), con cosas muy cursis que supuestamente yo ponía. Aprovechó un momento de distracción en que abandoné mi celular y ¡pum! traición. Había comentarios de amigos, familiares, ¡de mis padres! Yo no soy muy cursi y no soy de expresar tanto amor en Facebook, por eso las fotos fueron una sensación, sobre todo por lo cursi que había en la descripción de cada una.
—Solo faltan unos días —dijo ella.
Habían pasado solo 3 días desde que Santiago estaba en Lima y yo lo sentía como una eternidad, él en serio se estaba divirtiendo, y yo deseaba cada vez más poder retroceder el tiempo y rechazar su absurda propuesta. Aunque si pudiera retroceder el tiempo seguramente me preocuparía por arreglar otras cosas.
—¿Ya decidiste si irás al cumpleaños de Daniel? —Me preguntó Gaby.
—No lo sé, va a ser raro... ya sabes que Santiago no puede acompañarme por las noches y no sé qué les voy a decir sobre su ausencia.
—Eso es lo de menos. María ¡Es Daniel! No deberías ni pensarlo.
—Lo sé, lo sé... pero tampoco tengo ganas de verlo besuqueándose con Carla.
—Respecto a eso... ¿sabes que no me convence lo que me dijiste? ¡Tú estás celosa!
Gabriela fue a verme a mi casa al día siguiente de la entrevista en la radio, fue con un solo propósito, interrogarme acerca de mis sentimientos por Daniel, por más que yo le dije que a Daniel solo lo veía como un amigo, ella insistía en no creerme y me dijo que ni yo me daba cuenta de lo que sentía.
—No son celos —dije— solo es incómodo. Daniel es mi ex, la mayoría de personas dejan de ver a sus ex, precisamente para evitar estas cosas incómodas.
—Miéntete todo lo que quieras, ya te darás cuenta y aquí estaré yo para consolarte.
—¡Oh, Dios! Deja el dramatismo —Le dije mientras le lanzaba un cojín.
Almorzamos, conversamos y finalmente Gabriela me convenció de ir a la fiesta. Ella tenía razón, no podía simplemente poner una excusa y escaparme de mi amigo (de mi ex). Yo ya tenía el regalo perfecto, solo faltaba escoger que ropa iba a ponerme, estaba examinando un vestido negro cuando Gabriela entró a mi habitación.
—Sí, debes ponerte ese... Daniel va a babear por ti, literal —dijo.
—Eres una pesada —le dije, pero saqué el vestido del ropero.
Llegamos a la casa de Daniel cuando ya había algo de gente, apenas cruzamos la puerta Gabriela desapareció de mi lado y apareció mágicamente junto a Gino. Saludé fugazmente a los que conocía y pregunté por Daniel, me dijeron que estaba en la cocina y fui hacía allí. Lo encontré haciendo alguna mezcla extraña con vodka.
—¡Hola cumpleañero! —lo saludé.
Él corrió hacia mí y nos unimos en un abrazo que duró un poco más de lo normal. Nos apartamos y le di su regalo.
—Normalmente odio que abran delante de mí los regalos que doy, pero en este caso, muero de ganas por ver tu cara —dije.
Daniel me dio una media sonrisa mientras desenvolvía el paquetito que le había dado. Era un documental de su banda favorita, no hacía ni una semana que el DVD había llegado a las tiendas, estaba muy segura de que él no lo tenía y el brillo en sus ojos me lo confirmó.
—¡Oh, es genial! ¡Es perfecto! —exclamó —, voy a ir a verlo.
Él ya estaba saliendo de la cocina, tuve que agarrarlo por la muñeca para detenerlo.
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Matando ilusiones
Teen FictionAhora María está encaminada en su objetivo, ser una gran escritora ¿pero qué pasa en su corazón? ¿Habrá otro gran amor para ella? ¿O volverá el pasado a arrastrarla hacia un error? Nadie es perfecto y tal vez ella lo descubra matando ilusiones. Seri...