Capítulo 26

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Camino y camino hasta encontrar una avenida principal, ahí pido un taxi por una App y me siento a esperar. Mi celular sonó 40 minutos después de haber salido de la fiesta, 40 minutos tardó en darse cuenta de que no estaba. Apagué el celular, seguro se va a preocupar, que se vaya al diablo.
Llego a casa, no he llorado, estoy furiosa, tanto que cuando me desperté para darme una ducha y vi la ropa interior que tenía puesta, la tiré a la basura sin la más mínima pena.
Quise prender mi celular, pero estaba muerto, lo puse a cargar y comenzaron a llegar decenas de mensajes de Daniel, no los leí, pero alcancé a ver en las notificaciones que en uno me decía engreída ¡Engreída! ¿Acaso recuerda lo que hizo anoche? Fue un total idiota ¡Oh, por Dios! ¿Y si bailar con ella no fue lo peor que hizo? Cojo el celular para llamarlo, corriendo el riesgo de que me explote por usarlo mientras está cargando (algo así vi en las noticias, o tal vez fue en Facebook).

–Mary... –Dice, suena cansado, no triste, no culpable, ni siquiera enojado, solo cansado.

–Estoy viva –le digo dramáticamente.

Fui a tu departamento, no pude subir, claro, pero por suerte salió el portero y me dijo que estabas en casa.

Oh, yo lo había imaginado divirtiéndose en la fiesta, llamando un par de veces y luego decir "Al diablo con Mary" para luego recordar mi existencia por la mañana, pero él vino por mí. Eso no lo excusa de lo que hizo, pero él vino por mí y a mi portero se le ocurrió hacer bien su trabajo por una vez, vaya suerte.

–Te vi con ella.

Mary, me pasé un poco de tragos, pero no hice nada malo... Si te refieres a que me viste bailando con Carla, eso fue sólo un momento, luego me sentí muy incómodo, yo ni siquiera quería bailar...

Ajá, claro.

No sé qué quieres que te diga, pienso que tu actitud es exagerada, ¿Cómo se te ocurre irte así? ¡Te pudo pasar cualquier cosa!

Soy adulta y puedo cuidarme sola.

Tenemos que hablar, déjame dormir un rato y luego voy a tu casa.

No lo hagas.

No estoy preguntando.

Dijo eso y colgó, ¡me colgó! Cómo se atreve ¿Estoy exagerando? ¿Y si el alcohol me hizo ser más intensa de lo normal? No, no... Sé lo qué vi, ella se le estaba restregando y... Es Carla, la manera en la que ellos terminaron... No creo que ella esté muy tranquila ¿Él estara seguro de lo que siente?

A las cuatro de la tarde suena el timbre de la calle, presiono el botón del intercomunicador y la voz de Daniel sale por la bocina, le abro la puerta, unos minutos después lo tengo sentado en el sofá de mi sala.

–No puedes comportarte como si tuvieras 12 años –Dice.

Ya llevaba unos 30 minutos con su sermón, y yo no sabía como explicarle mi punto. Maldita sea, Daniel, había planeado una noche perfecta ¡Ibamos a tener sexo! No, no hay forma en que le diga eso. Tal vez solo deberiamos hacerlo ahora y salir de ese rollo de una vez. Me senté a su lado y le tomé la mano.

–¿Puedes aceptar al menos que actuaste mal? –Le pregunté.

–Puedo, ¿Tú puedes aceptar que fuiste inmadura?

–Puedo.

Él sonríe y yo lo beso, un beso tierno que lo hago más intenso, quiero estar encima de él, pero él me detiene.

–Debo irme.

–¿Qué?

–Tengo algunas cosas que hacer. Nos vemos mañana ¿Si? O quizás pasado, mañana será un día intenso en el estudio, grabar voces, guitarras, ver flyers para el festival que organizaremos...

–Entiendo...

–Te llamo.

–¿Sigues molesto?

–No, te prometo que no es eso.

–Está bien.

Me da un beso en los labios, luego besa mi mano, dice "te quiero" y toca mi nariz, esto se siente extraño. No sé por  qué, pero lo sentí distante y esa idea no me deja conciliar el sueño esa noche.

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⏰ Última actualización: Sep 03, 2019 ⏰

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