El tiempo transcurrió, la barriguita de Jimin crecía cada vez más y el encanto de su embarazo se reflejaba en su rostro. Aunque estuviera solo en el mundo mantenía el brillo de la maternidad en sus pupilas.
Las cosas no habían cambiado mucho, Jimin ahora acarreaba su noveno mes de embarazo; en cualquier momento tendría en sus brazos a su primogénito, aquello le mantenía fuerte y con esperanzas.
Siempre había un nuevo día y una nueva oportunidad, el bebé que crecía en su interior era la viva representación de eso.
Para su tranquilidad, Jungkook no le quitó la casa a su familia, solamente había sido una amenaza que se quedó en el viento y que había servido para que Jimin escarmentara una vez más. Fue cruel, pero abrió un nuevo capítulo para Jimin. Aún así, aunque la casa de su padre seguía intacta, Jimin no volvió. ¿Para que lo haría? Sería vivir una vez más de los tormentos diarios de su madre, estaba mejor como estaba, completamente solo.
Después de todo, uno nace solo y muere solo. La soledad era algo que se debía de abrazar alguna vez.
Aunque para otros era realmente difícil aceptar la soledad, más cuando tu alma está unida a otra persona a la que no le has importado en mucho tiempo. Muchas noches Jimin lloraba en su habitación hasta que el sueño le vencía, aunque se haya acostumbrado a la helada soledad aún se deprimia por su situación.
"Ay, bebé." Susurró acariciando su barriga redonda y puntiaguda. "¿Cuando te tendré en mis brazos? Quiero abrazarte y sentirte a mi lado."
Ya tenía todo un cambio de ropa para su bebé, en sus tardes largas y soleadas acababa madeja tras madeja de lana, sus manos se habían vuelto habilosas con el hilo y la lana; de eso se mantenía, costuraba para sus conocidas y tejía para sus hijos. Al principio se avergonzó por haber recurrido al trabajo, pero luego lo vio normal y hasta estaba orgulloso de los centavos que ganaba por su esfuerzo.
La comida nunca le faltaba, tenía un techo, tenía dinero extra para los gastos suyos y los de su bebé. Aunque muchas veces tenía que abstenerse a comprarse nuevas blusas o joyas, tenía el dinero exacto para sobrevivir.
Y era triste, pues su esposo era uno de los millonarios más conocidos, no solo en Busan, sino en Corea entera. Era cómico incluso, Jimin se había casado con Jungkook por su dinero pero ahora no podía hacer uso de este.
Las vueltas de la vida.
Porque mientras Jimin costuraba para sus amigos y conocidas, Jungkook gastaba su dinero en la mujer que creía llenaría el vacío que su omega dejo en él.
Aunque la carencia sea unilateral, el sufrimiento era mutuo, ambos pasaban noches en vela por su otra mitad que se encontraba a kilómetros lejos de ellos. Estaban incompletos y vacíos, pero no harían nada para cambiar aquello.
Seguirían siendo miserables porque ninguno se atrevía a dejar su orgullo de lado y arriesgarse a volver a amar.
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Llorando se fue ; km omegaverse
Fiksi PenggemarDonde Jimin estaba enamorado de otro hombre y Jungkook se interpuso en aquel amor. O ante la fatal situación económica de los Park ellos deciden obligar a su hijo Jimin a casarse con Jeon Jungkook, haciendo una unión a la fuerza. Ni un amor nace a l...