Ambos policías veían como aquel paramédico susurraba cosas por lo bajo mientras les dedicaba miradas no muy agradables. Luego de unos quince minutos asistiendo al chico y su gran herida en la pierna, comenzó a guardar sus cosas.
-¿Ya terminó?- preguntó Mickey con más curiosidad que ganas de pelear.
-¿A usted que le parece?- respondió el pelirrojo levantando su vista ya que se encontraba aún en el suelo- Está bien que no estén acostumbrados a ver gente trabajar, pero podría disimular un poco más- y antes que responda volvió a hablar- Y no creerá que no me di cuenta de cómo movieron a ambos accidentados, ustedes solo deben venir y avisarnos a nosotros. Hoy tuvieron suerte de que no les pasara nada, mañana no lo sé. Las vidas de dos personas están en juego, podrían tomarse más en serio su trabajo.
Mickey no supo que responder, jamás le habían hablado de esa forma, estaba acostumbrado a que bajen la mirada al verlo llegar y que los tonos sean muchísimos más temblorosos por el respeto que imponía. ¿Quién era el paramédico que ahora se encontraba en frente suyo haciéndole frente? Reaccionó y se dio cuenta de cómo varios oficiales los veían discutir y como ante el silencio del pelinegro mostraban sorpresa, jamás se les pasaría por la cabeza a ellos hablarle así. Debía responder.
-¿A qué se debe su arrogancia? Pregunté por curiosidad, como a los tuyos les gusta irse de los accidentes antes de tiempo y dejando cosas a media, debía comprobar si hizo su trabajo, señor...
-Tengo un cartel con mi nombre, ¿será que tampoco sabe leer?-La paciencia de ambos se estaba agotando- No necesito que me controle, ya tengo superiores que lo hacen y están muy orgullosos de mi trabajo.
-La gente se conforma con muy poco, debería saberlo- Mickey soltó aquel comentario mientras volvía a la patrulla donde Boris lo miraba expectante.
-Nunca me cayeron bien las personas como ustedes -dijo Ian sin un mínimo de contacto visual y elevando no mucho su voz.
-No creí habértelo preguntado tampoco.
-Hace mucho dejé de pedir permiso para opinar. Ahora sí, yo sí me voy a salvar vidas -y dejando a Mickey con la palabra en la boca, levantó sus cosas y comenzó a caminar.
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Herencia maldita;Gallavich
FanfictionMickey Milkovich es el jefe de policía más respetado de la ciudad, nadie jamás se atrevería a pensar distinto que él. Lleva su cargo con orgullo y como una tradición familiar que comenzó con su abuelo que murió trabajando. Pero qué pasa si un día ll...