Aquella mañana lo único que rondó por su cabeza era lo que César le había dicho, "igualmente no eres su tipo". Mickey era el tipo de todos, no lo decía él, lo demostraban las miles de veces que en medio de entrevistas a ciudadanos recibía más que un piropo por parte de ellos, los cuales por su clara profesionalidad debía ignorar. Pero para que mentir, alimentaban su ego.
Él sí que no era su tipo, jamás saldría con alguien que se cree más que el resto solo por llevar consigo un bolso y sólo por eso creerse interesante. Seguro se creía que por tener un cabello perfectamente peinado, unos ojos color miel brillantes o esas pecas que adornaban su cara lo iban a hacer cambiar de opinión u hacer lo que él diga. Aunque ahora que se daba cuenta recordaba demasiado su rostro. El ruido de una carpeta contra la mesa lo sacó de sus pensamientos, por suerte.
-Le dejo el informe del caso de la otra vez y el de ayer que no estaba para supervisarlo- le dijo Samuel, su secretario, luego de dejar las hojas en su escritorio.
-La próxima vez no golpee tan fuerte, son documentos importantes y debe tratarlos como tal- posó sus ojos sobre el muchacho y vio como este movía sus manos por detrás de él con nerviosismo. No podía tratarlo mal, era muy bueno en su trabajo y jamás le había dado problemas- por favor- añadió en un tono más suave.
-Entendido señor- Samuel estaba por salir hasta que la voz de su jefe lo detuvo.
-Necesito que me haga un favor, quiero los expedientes del paramédico que estuvo en el caso del choque de autos, hay algunas cosas que debo revisar de nuevo. Pero por favor, no le diga a nadie que se lo estoy pidiendo.
-Por supuesto señor, no le diré a nadie. Con su permiso, me retiro.
Luego de que se cerrara la puerta cayó en lo que había hecho, ¿Cómo va a pedir un expediente de un paramédico? Y sobre todo, ¿para qué? Aquel pelirrojo estaba ocupando demasiado su mente, lo hacía ser impulsivo y eso no le gustaba para nada.
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Herencia maldita;Gallavich
FanfictionMickey Milkovich es el jefe de policía más respetado de la ciudad, nadie jamás se atrevería a pensar distinto que él. Lleva su cargo con orgullo y como una tradición familiar que comenzó con su abuelo que murió trabajando. Pero qué pasa si un día ll...