Capítulo 6: Haré de tu vida un infierno

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PRESENTE



Le dolía la cabeza, el cuerpo le pesaba y un dolor se extendió desde sus muñecas hasta sus brazos, Taehyung abrió los ojos con lentitud, encontrándose con la figura de Jungkook, fumando un cigarrillo, sentado frente a él en una silla de madera negra, con el cabello semidespeinado, los primeros tres botones de la camisa deshechos y las mangas de la misma arremangada hasta los codos dejando a la vista el ligero bello en los antebrazos.

Parpadeó, creyendo que era una ilusión frente a sus ojos, se sacudió percatándose que estaba sujeto de las muñecas a cada barrote de la cama, se encontraba sentado y le dolía el cuello por la mala posición en la que se quedó, pataleó, pero sus pies estaban en las mismas condiciones que sus brazos.

Por la madre luna, parecía un sacrificio humano.

Jungkook deseó por años que este día llegara, lo imaginó miles de formas distintas, todas con un final similar. Él, nuevamente probando y reclamando su cuerpo, enterrado en lo más profundo de su mente, su alfa reclamando a su omega, lo quería todo, siempre ha sido así, y Taehyung lo sabía.

Pero, cuando se volvieron a reencontrar por segunda ocasión, jamás imaginó que lo olvidaría por completo, a él y a toda su historia. Estaba enojado, con el omega, con Jinwoo e incluso con el jodido destino. Y aquella noche que lo vio todo precioso entrando del brazo de su empleado, el enojo aumentó y los celos también. Su lobo lo culpó ante tal humillación, pero también se sintió tan culpable al ver el brillo opaco en los ojos del omega.

Jungkook observó su cuerpo, le dejó la camisa sin abotonar y sus calzoncillos negros, con las manos esposadas contra la cabecera y las piernas a los barrotes al pie de la cama, sus ojos se encontraron y le sonrió de lado acercándose a pasos lentos.

—¿Por qué haces esto? —Taehyung jadeó removiéndose sobre la cama, frunciendo el rostro por la fuerza que ejercía.

—Deja de moverte, vas a lastimarte —Jungkook se acercó, acariciando su muslo lentamente con la yema de los dedos, el menor se estremeció apartando su pierna, pero Jungkook lo evitó, sujetando su muslo con fuerza.

—Desátame —Exigió mirándolo entre enojado y confundido. En un momento estaban besándose y al segundo siguiente estaba atado contra la cabecera de la cama, debió de verlo visto venir, era ilógico que Jungkook se quedara quieto y solo le exigiera una cosa.

Claramente sus intenciones eran otras.

—No puedo confiar en ti —Le respondió, apretando su muslo e inclinándose sobre su cuerpo, besó su mejilla y arrastró los labios hasta su oído —.No puedo permitir que te vayas de mi lado.

El omega inhaló mareado por las feromonas fuertes que inundaban la habitación, apestaba a alfa excitado, pero también había miedo y rencor.

—Te dije que quería todo de ti —El pelinegro tarareó, alejándose y caminando alrededor de la cama, con las manos dentro de los bolsillos del pantalón, soltó un suspiro —.Debes de aprender cómo serán las cosas a partir de hoy.

—¿Y qué? ¿Me tendrás aquí esposado para siempre? —El omega se burló agitando de nuevo los pies.

—Si eso hará que tú maldito comportamiento mejore, entonces sí —El alfa respondió dándole una calada a su cigarro que estaba a punto de terminarse.

Gambito de Rey |KookV|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora