vingt-deux.

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El sábado es otro día de vagabundeo, comida y películas, seguido por una conversación incómoda en la escalera. Seguido por un caliente cuerpo en mi cama. Seguido por toques vacilantes. Seguido por dormir.

Incluso con los momentos incómodos, nunca he tenido un receso escolar mejor.

Pero el domingo en la mañana, esto cambia. Cuando nos levantamos, Hwang se estira y accidentalmente me golpea justo en mis... ya saben.

Lo que no solamente dolió, sino que también nos mortificó a ambos por igual. Luego en el desayuno, se puso distante otra vez. Revisaba su teléfono por mensajes mientras yo hablaba. Se quedaba viendo las ventanas de la cafetería. Y en vez de explorar París, dijo que tenía tarea que hacer en el dormitorio.

Y estoy seguro de que sí la tiene. No ha estado muy pendiente de ella últimamente. Pero su tono me envía fuera, y sé que la verdadera razón de su partida es porque los estudiantes están llegando. Minho, Chan y Seungmin van a estar aquí esta tarde.

Karina también.

Trato de no tomármelo personalmente, pero duele. Considero ir al cine, pero en vez de eso trabajo en mi tarea de historia. Por lo menos eso es lo que me digo a mi mismo que estoy haciendo. Mis oídos están atentos de los movimientos de su cuarto. Estamos tan cerca, y al mismo tiempo tan lejos.

Mientras los estudiantes llegan de nuevo, la Residencia Lambert se vuelve más ruidosa, y se pone difícil escuchar sonidos individuales. Ni si quiera sé si todavía está ahí.

Seungmin aparece alrededor de las ocho, y vamos a cenar. Él habla sobre sus días de vacaciones en la Isla Jeju, pero mi mente está en otro lugar. Hwang probablemente está con ella ahora mismo. Recuerdo la primera vez que los vi juntos, su beso, sus manos enredadas en su cabello, y pierdo mi apetito.

— Estás muy callado. — dice Seungmin. — ¿Cómo fue tu descanso? ¿Lograste sacar a Hwang de su cuarto?

— Un poco. — no puedo decirle sobre nuestras noches, pero por alguna razón, no quiero decirle sobre nuestros días tampoco. Quiero mantener las memorias para mí, escondidas. Son mías.

Su beso. Sus manos enredadas en su cabello. Mi estómago se revuelve.

Seung se encoge de hombros. — Y yo estaba esperando que el tal vez saliera de su cueva. Caminara, tomara algo de aire fresco. Tú sabes, algo como eso.

Su beso. Sus manos enredadas.

— Hey. — me dice. — ¿Ustedes no hicieron algo loco mientras estábamos fuera? ¿O sí?

Estuve a punto de atragantarme con el café.

Estuve a punto de atragantarme con el café

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Las siguientes semanas son borrosas. Clases con los professeurs ansiosos por llegar a la mitad del camino en sus programas de estudio. Nos trasnochamos para mantener el ritmo, y nos preparamos para sus exámenes finales. Por primera vez, me pega lo competitiva que es esta escuela. Los estudiantes aquí toman los estudios en serio, y el dormitorio está casi tan callado como estaba en Acción de Gracias.

☁︎ the french kiss ; hyunin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora