POV'S VALERIA.
Semanas después.
Estar en el ejército ha sido una de las decisiones más jodidas que he tomado en los últimos años. Literalmente, han estado acabando con mi poca paciencia las últimas semanas como las de las personas que me rodean. Y carajo, creo que yo soy la que peor humor tiene de todas aquí y sigue habiendo mucho estrés de todas.
Desde que llegué las cosas han sido justamente como quería, no deseaba generar amistades, por qué sé lo traicioneros que pueden ser. Tampoco quería hacerme la amable para que terminen saliendo con sus mamadas. Simplemente vengo a aprender y a hacer algo por mi misma más allá de lo que ya he hecho con mi pinche y jodida vida. Pero no me la puedo quitar de la cabeza, no a ella.
Aún recuerdo el olor de su cabello y el como encajaba tan bien pegada a mi, como su respiración se volvió más pausada y su piel erizada. Carajo, si alguien me hubiera dicho que me iba a topar con una mujer así aquí, en medio de la nada, dos putas veces seguidas. No hubiera creído. Las Almas me han enseñado que no todo es color de rosa y que no siempre tendrás una oportunidad para salir de la mierda. Pero a pesar de eso, me topé con ella.
Tan amable, bondadosa y buena mujer. Las semanas que la he observado desde nuestro segundo encuentro, me ha hecho ver más allá de lo que pensaba que sigue habiendo gente bondadosa en Las Almas, existe ella y al parecer, existe la esperanza. Para no interactuar con ella, por que, no sabría cómo. Me levanto aún más temprano de lo que la capitana requiere para el regimiento, como en cualquier parte y el resto del día que no estamos entrenando o aprendiendo algo nuevo dentro de la base, me la paso conociendo todo sobre la base o simplemente entro a la pequeña biblioteca que tienen a leer la enorme cantidad de libros que hay ahí dentro. Es pequeña, pero bastante bien abastecida.
Al ser viernes, regularmente todos los regimientos disfrutan de este día como si fuera el jodido domingo. A pesar de que mañana aún hay entrenamiento ya muchos comienzan a tomarlo más a la ligera, novatos, claro está. Por qué los capitanes y tenientes de regimiento es cuando más te hacen entrenar y chingan tus músculos hasta que no puedes ni levantar el pinche brazo. Pero, eso no me importa a mi. Hago lo que tengo que hacer para sobrevivir aquí dentro mientras sigo subiendo y espero pronto, de rango. Ser solo soldado no es la idea principal de hacer todo esto.
Mi único pinche y gran puto problema aquí dentro es un solo pendejo y su pinche novia, Alejandro y Rodolfo. Conozco a esos dos por que se la vivían jodiendo mi adolescencia y aunque mis recuerdos no son claros, sé que los conozco desde niños. Cuando crecimos les pareció una muy buena idea comenzar a joderme solo por la situación culera que vivía en familia, por que claro, con un padre que se la pasa gritando y golpeando a su esposa e hijos todos en el vecindario se daban cuenta. Y cuando mi padre decidió que era muy buena idea quemar nuestra casa con todos dentro causando que solo yo sobreviviera por que no me encontraba en mi casa, fue un balde de agua fría.
Había perdido a mi madre, qué no era mala, solo le había tocado casarse con un pendejo. Perdí a mi hermano, qué a pesar de ser menor que yo era un wey con tantos huevos como nadie que he conocido. Y mi padre, el puto alcohólico y pendejo más grande que he conocido, bueno, ni por la cantidad de alcohol en sangre que cargaba murió. Lo vi salir de mi casa en llamas caminando como si hubiera logrado su puto cometido y en cuánto vio que su hija mayor no había muerto, su cara se marcó en coraje y rabia. Ahí fue donde descubrí que su repulsiva cantidad de golpes a mi, a mi hermano y a mi madre era por que sentía que yo había sido su puto error más grande.
Desde ese día, hasta que dejé de ir a mi casa destrozada, Alejandro y Rodolfo se la pasaron jodiendo no, chingando hasta más no poder. Había tenido con mi padre los suficientes golpes, pero al parecer a Alejandro le gustaba humillarme aún más por haber perdido a mi familia y lo único que tenía. Desde que me moví de ahí no los había visto, pero ahora son una constante patada en el culo ya que se la pasan buscando cualquier jodido pretexto para quitarme la poca paz que tengo cuando estoy dentro de la base.
ESTÁS LEYENDO
Eclipse
FanfictionVivir en Las Almas, nunca ha sido fácil. Menos habiendo la inseguridad del día a día por culpa del cartel de La Araña. Abigail lo sabía y enlistarse en el ejército era una manera de sentirse más segura, no solo por su propia seguridad, sino también...