NEW MOON.

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POV'S ABIGAIL. 

Día de la boda, tres meses después.

Nervios, jodidos nervios. No tenía por que preocuparme y ni siquiera debería sentirme tan nerviosa, Valeria me dijo que la ceremonia sería pequeña, ella y yo, mis padres, Diego, Michelle y los jefes más cercanos de Valeria. Sin contar el hecho de que llevo un mes embarazada, sí. Llevar a Valeria a hacerse un ¨examen¨ a un hospital para en realidad realizar el método ropa, fue un problema, principalmente por que varias veces antes de ir me dijo que ¨no había necesidad de ir a un hospital por que estaba completamente sana¨ y menos cuando en el hospital tuvieron que sedarla para que no se diera cuenta de absolutamente nada. Cuando quiere, a veces mi prometida puede ser un dolor de cabeza.

María: Hija, ¿estás lista? - Mi madre entró, ella fue la primera en saber sobre el embarazo ya que sin quererlo, terminé vomitando en medio de la carretera del rancho hacia la ciudad. - No te estreses mucho, por el bebé.

Se acerca, mirándome en el reflejo del espejo. Se ve emocionada y nerviosa al igual que yo, pero lo esconde bien.

Abigail: Estoy bien, mamá. Solo es que me voy a casar. - Río, tomando su mano de mi hombro.

María: La amas, eso es lo importante. Estoy feliz de que estés con alguien como ella a pesar de su trabajo, lo ha mantenido al completo margen. Sobretodo ahora debería hacerlo más con un nuevo integrante. - Sonríe, dándome ánimos.

Abigail: Aún no sé cuándo decirle, siento que se va a sorprender muchísimo.

María: Tómalo con calma, cuando yo le dije a tu padre sobre ti estuvo toda la noche pegado a mi. Pensaba que podía sucederme algo por el simple hecho de moverme. - Reímos, me levanté en cuanto pude y suspiré.

Abigail: Es momento ma, no alarguemos más todo.

Volví a mirarme al espejo, mi vestido blanco destacaba muchísimo mi piel blanca, era muy sencillo, como había deseado desde el principio. No había visto a Valeria desde hace dos días, según mi padre ¨para darle mucha más suerte a las futuras esposas¨. Así que mi padre y ella habían estado en otra parte de la casa sin que nos permitieran vernos, literalmente. Bajé junto a mi madre, Diego estaba esperando junto a mi padre, los dos estaban vestidos de traje y se veían bastante animados hablando.

María: Ya está lista la novia, señores. Es momento. - Ofrece mi mano a mi padre, quién tiene los ojos llenos de lágrimas por la emoción.

Andrés: Te ves preciosa, mi cielo. - Besa mi mejilla, abrazándome. - No puedo creer que ya hayas crecido tanto, tengas una hija y te vayas a casar.

Abigail: Lo sé, pero siempre seré tu hija papá. Aunque me case. - Beso su mejilla y tomo su brazo, asintiendo para que abran las puertas de la casa.

Comenzamos a caminar, el camino hacia el altar donde estaba el juez y Valeria esperando estaba lleno de rosas rojas, mi corazón iba al mil. Habíamos acordado casarnos por el atardecer, así que el cielo tenía colores púrpuras y rojos por el horizonte, haciendo este momento aún más especial. Dimos la vuelta hacia el kiosko, el mismo lugar donde Valeria y yo nos arreglamos y donde me pidió matrimonio meses atrás.

La vi de espaldas, Valeria era alguien que vestía sorprendentemente bien, todo el tiempo trataba de vestirse adecuadamente y aunque su estilo no era lo más femenino se veía tremendamente bien todo el tiempo. Esta vez tenía un traje femenino, completamente negro. Cuando volteó vi que su cabello había sido arreglado de la parte izquierda en unas lindas trenzas que la hacían ver preciosa, me sonrió y luego vi sus ojos llenarse de lágrimas, tapando su boca por la emoción. A su lado, estaba Michelle, vestía un lindo vestido color azul, cuando me miró se emocionó igualmente, tratando de quedarse quieta.

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