9.

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Lo tenía frente a mí y no podía dejar de mirar sus ojos color avellana que se encontraban enrojecidos por el llanto, junto a un pequeño destello de un viejo moretón en uno de ellos. Sus pecas resaltaban como una noche estrellada, y sus labios, mierda, eran perfectos; un rosado que podía verse a kilómetros.

Mi mano aún seguía en su rostro en un intento de calmar su tristeza con caricias, mientras que él me tomó de la cintura y me arrimó hacía su cuerpo.

Podía sentir su respiración y su olor: una mezcla de perfume con tabaco.

No sé quién comenzó ni como, pero nos besamos y se sintió jodidamente bien.
Nuestras bocas bailaban al mismo ritmo y sentí que fueron hechas la una para la otra.

Comenzó como un tímido beso y empezó a subir su intensidad a medida que la vergüenza desaparecía.
Lo tomé del cuello y él me apretó más a su cuerpo, borrando cualquier milímetro que nos alejara.

Me alzó con un brazo, y yo rodeé su cuerpo con mis piernas, mientras que el deseo era cada vez mayor.
Me subió a la mesa de la cocina, y aunque quería seguir con ese momento, no pude.

— Espera — dije — no quiero aprovecharme. Sé que estás mal. Siento que... solo no es correcto.

Nick simplemente me miró y asintió con la cabeza.

— L-lo siento, yo no quise... — interrumpí. No quería que se sintiera culpable.

— Nick, esta bien. Quizás en otro momento será. — Lo tomé de la mano — Por favor, no te culpes.

Me sonrió y siguió cocinando, como si nada hubiera pasado, y agradecí que haya sido así porque no soportaría que el lugar se ponga incómodo.

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Monster - Heartstopper auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora