20.

1.3K 80 25
                                    

————

————

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

————

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

————

Era pasado medianoche y Nick tocó mi puerta, me arregle un poco el pijama que llevaba puesto y peiné mis rulos antes de abrir.

— Hola — dijo, con una sonrisa forzada y un notable dolor en sus ojos.

Su condición me rompió el corazón, estaba con los ojos rojos — asumi que era por el llanto —, su labio partido, uno de sus pómulos inflamado y sangre en su camisa.

— ¡Nick! Mierda, pasa. — lo deje entrar — Siéntate en el sofá, traeré hielo y algo para limpiarte. — Asintió sin siquiera decir una palabra.

Tomé hielo en un pañuelo y se lo di para que lo coloque en su pómulo, busque gasas y alcohol para limpiar la herida del labio.
Lo pude ver sentado en el sofá, con el hielo en su cara, su mirada perdida y quién sabe qué pensamientos en su mente. Cada escena que presenciaba me rompía un poco más el corazón.

¿Por qué le pasan todas estás cosas? No lo merece.
Y si, quizás me haya roto el corazón, pero nadie merece el rechazo de su familia. Lo pensaba y me dolía, dolía pensar en que la única persona que lo aceptaba y amaba tal cual era, ya no estaba aquí para él. Lo quería proteger de todo aquel que le haga daño.

— Déjame limpiarte — lo saqué de su trance — te arderá un poco. — le coloqué alcohol a la gasa y se lo pasé por el labio. Apenas comencé ya se quejó.

— ¡¿Dijiste que arderia un poco?! — rei ante el comentario

— No seas llorón — Tomé su rostro con una mano y con la otra seguí limpiando su labio, cada movimiento lo hacia con la mayor cautela posible. Sus labios estaban hinchados debido al golpe, y mierda, era perfecto hasta en su peor estado.

Podía sentir su intensa mirada sobre mí, sus ojos de aquel color avellanado perfecto se posaron sobre los míos y nuestras miradas volvieron a coincidir, una vez más.

Mi pulgar acarició su mejilla, y nuestras respiraciones se intensificaron. Nuestros rostros estaban solo a centímetros.
Pero no quería —otra vez— aprovecharme de su situación vulnerable. Bajé la mirada.

— Listo — dije, cortando aquel momento. — Te buscaré una remera limpia y que te entre, pues no sé si lo has notado pero tenemos diferentes contexturas. — sonrió y asintió.

— Gracias, por todo. — respondió, antes de que pueda levantarme del sofá.
Sonreí y le respondí un avergonzado "no hay de qué".

Busque entre mi ropa algo que le entrara a él, y conseguí una camiseta blanca junto a unos shorts anaranjados.

— Lo siento, es lo único que tengo que te entrará.

— Esta perfecto. Gracias, otra vez. — Le sonreí.

Se duchó mientras le preparaba un té caliente, que sabía que le gustaba.
Mientras terminaba de prepararlos, sentí sus brazos rodeando mi cintura y su cuerpo caliente sobre mi. Apoyó su mentón sobre mi hombro, podía sentir su pelo húmedo y su respiración sobre mi cuello.

— ¿Que haces? — pregunté sonriendo.

— Te extrañaba. Déjame abrazarte antes de que tú también te vayas por siempre.

— Yo no me iré a ningún lado — dije, confundido.

— Si lo harás, pero no te preocupes, estoy acostumbrado. — auch. Sentí mi corazón hacerse trizas dentro de mí, y cada parte de él me pinchaba dentro. Quise responder, pero siguió antes de que pueda decir cualquier palabra. — Gracias por estar conmigo. Sé que tengo mucho que explicar, pero en este momento solo deseo abrazarte. — Solo eso necesitaba para entender que no quería hablar, quería un abrazo.

Me di vuelta para quedar frente a frente, y nos unimos en un abrazo sincero, esos que te liberan de todo dolor, tristeza y decepción que puedas llevar dentro.
Un sollozo salió de él.

— Está todo bien... estarás bien... estaremos bien. — dije, mientras acariciaba su espalda en un intento de calmar su tristeza con mis manos.

Acabó con el abrazo, tomó mi rostro con sus manos y me besó.

Monster - Heartstopper auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora