21.

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En este momento, mi vida esta pasando por miles de sentimientos que me hacen sentir pequeño frente a miles de dudas y miedos que no sabía que existían. Siento que me ahogan.
Me ahogo.

Una vez más, las olas chocan contra mi y la corriente simplemente me lleva. No quiero luchar contra ellas. Siento que no debo hacerlo. Como que si esto es lo que merezco después de tanto.

Pero, ver a Charlie hace que el mar se calme, que las olas embravecidas tomen su rumbo, que debo comenzar a luchar contra la marea solo para quedarme a su lado.
Creo que yo lo adentraba a través de ellas, le suplicaba que me acompañe, mientras él me tomaba la mano y me decía "vamos a intentarlo, pero está bien si no deseas seguir, no te apures, nos quedamos en la orilla".

Así se sentía estar a su lado: una tarde de verano en la playa, viendo el sol caer en el horizonte mientras te reconfortas en la arena. Una suave brisa que revuelve tu cabello. Las risas que se oyen a lo lejos. Las olas rompiendo contra las rocas.

Charlie era la paz que necesitaba en mi ruidosa vida, con su presencia lograba calmar todo el ruido que se  oía dentro de mi cabeza.
Lo supe desde aquel concierto en que solo quise sumergirme en el mar oscuro de sus ojos. Aquel azul que te llena de miedo, pero una vez dentro, descubres cosas maravillosas jamás antes vistas.

Luego de un pequeño beso que le di, nuestras frentes quedaron chocando y nuestros ojos no podían dejar de mirarse. Mierda, estoy tan enamorado de él. No lo merezco.

— Gracias por estar aquí para mí, luego de tanto — dije, en susurros.

— Siempre estaré para lo que necesites. — respondió, en el mismo tono.

— Por favor, no me dejes. Eres una luz en mi vida. — suspiré — Por favor, te necesito conmigo.

Él sonrió, respondió un tímido "no me iré" y aquello era lo único que necesitaba para estar bien.

— Dormiré contigo — le dije, medio bromeando y medio en serio, esperando que me diga que sí— ¿o me harás dormir en el sofá con lo mal que estoy?

— Eso es manipulación — dice, riendo — ven, vamos a dormir.

Nos adentramos en su habitación y nos fuimos directo a la cama.
Me quedé mirando el techo por bastante tiempo, aunque estábamos a oscuras, las luces de la madrugada alumbraban aquella habitación, no podía conciliar el sueño.

— ¿Te has dormido? — escucho decir a Charlie

— No, no puedo dormir. — respondí — ¿Te puedo explicar lo de aquella noche? — Vi mi oportunidad y no pude desaprovecharla.

Dudó por un momento pero me dió el pase para hacerlo.
Le conté con detalles lo que había sucedido esa noche, o al menos lo que recordaba. No me interrumpió ni una vez, hasta el final.

— ... en fin, eso pasó. Sé que la mierda no justifica mi actuar, pero realmente lo siento. Charlie, yo...

— ¿Te drogas? — preguntó, sin más. Y tenía miedo de aquella pregunta. Aquella pregunta que me había hecho mi hermano luego del funeral de mamá, que me hizo Tao cuándo encontró una bolsita con un polvo blanco, que me hizo Harry cuando le pedí por primera vez que me venda, que me hicieron Darcy y Tara cuando una de ellas encontró pastillas en mi baño, que me hizo mi madre tantas veces.

— S-si, solo a veces, quizás luego de un show por el estrés, o... o si me pasan situaciones que no puedo controlar o... o si...

— O sea, constantemente.

— Lo siento.

Charlie se acercó y posó su cabeza en mi pecho, pasando su brazo por mi abdomen, y su pierna la entrelazo con la mía.

— No te disculpes yo... lo entiendo. — dijo, con calma. — Es decir, no me parece correcto. Al contrario, me parece horrible que lo hagas. Simplemente, entiendo tus razones, y aunque no es justificación, no ves otra salida. Lo entiendo. — se hizo un silencio — Me gustaría que.. comencemos de nuevo. Que tú comiences de nuevo.

— Me parece perfecto. — nos quedamos en silencio unos minutos, mientras acariciaba su cabello — Gracias. En serio.

No hubo respuesta, se durmió y yo lo seguí detrás.

Monster - Heartstopper auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora