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Venganza

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Venganza

Otra vez, otra vez que volvía a sentirse solo en aquella mansion que tenía.

Volvía a sentir esa sensación vacía en el otra vez, lo disgustaba.

Y lo peor era que no podía hacer nada respecto a ello, su querido novio trabajaba para ello.

No sé daba ningún momento para el, cierto punto lo entendía, pero... ¿Al menos una semana no se podría dar?

Ya iban 5 meses consecutivos, en los que 2 meses lo veía despedirse de él, y los últimos 3 se iba sin siquiera avisarle.

El trabajo era importante, lo sabía muy bien, pero podía si quiera mandarle un mensaje o dejarle una carta... No. Ni eso podía hacer.

Llegué a pensar que Ivan podría estar con alguien más, fue de mis últimas razones por la cual Ivan solía venir tarde del trabajo, y se iba muy temprano sin si quiera despedirse.

Ya era la hora de averiguarlo, sin embargo, esto podía a ser difícil, pero para el se consideraba un reto que tendría que enfrentar.

[...]

- ¿Saben dónde está Ivan? —pregunto el castaño.

- Se había ido en la mañana antes de que usted se levantase. —respondío una de las sirvientas.

¿Por qué se va tan temprano?

- Muchas gracias por informarme. —agradeció formalmente.

Rodrigo se volvió hacia su habitación totalmente desconcertado ante la situación.

Ya estaba pasando esto muy seguido y le estaba comenzando a desagradar la idea de despertar y no ver ni siquiera un mensaje de texto o una nota por parte de su novio Ivan.

- ¿Y si lo visitó en su trabajo? —se pregunto para el mismo.

Tal vez así al menos vería a su novio 2 veces al día, contando que lo ve todas las noches, y siempre regresa con el cabello desordenado o la camisa sucia. Realmente raro.

Al sentirte satisfecho con la idea, salió de su habitación, salió de aquella mansión y se dirigió al edificio donde trabajaba su novio. Casi nunca recorría por ese lugar, así que sería una sorpresa.

Al estacionarse, se bajó del carro y se dirigió a la puerta principal, al ser novio de uno de los trabajadores podría entrar con total normalidad.

- Buenos días jovencito, ¿Que se le ofrece? —cuestiono una de las trabajadoras del lugar.

- Buenos días —saludo con amabilidad - ¿Dónde se encuentra la oficina del señor Buhajeruk?

De pronto vio como la joven comenzaba a teclear el teclado de la computadora que se encontraba en frente suya.

- Piso 4, pasillo D3, oficina 54. —respondió la señorita.

- Muchas gracias.

Rodrigo rápidamente se fue al ascensor y tocó el número 4.