Capitulo 10. Disformidad.

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-Estamos viajando por la disformidad – dijo Matos. –Para los viajes rápidos, aunque su precisión disminuye entre mayor sea la distancia. Pero podría considerarlo como el lugar de donde proceden los demonios.

Hasta la última fibra del Slayer está preparado para el combate, aun así, no se lanzó a la búsqueda de los demonios. Se mantuvo apretando los puños, pero dirigió su atención hacia el marine. El marine retrocedió un toparse con su mirada llena de una ira infinita, algo en su interior supo que el individuo no es un peligro para el.

Por la propaganda y demás mitos que se ha formado alrededor de los marines, se tiene la idea que estos no pueden sentir miedo. Sin embargo, esto no es del todo correcto, estos en ciertas situaciones y dependiendo de sus pensamientos o personalidades pueden llegar a sentir miedo.

El capitán Matos no es ajeno a esta emoción, ha vivido lo suficiente para haberse enfrentado a orcos, seguidores del caos, incontables xenos, aunque fueron contadas, estuvo en esa situación. El crujir de los nudillos del Slayer hizo notar cuan ansioso está el Slayer por lanzarse a la búsqueda de enemigos para combatir.

-Acaba de mencionar un tema muy interesante- dijo Vega. -¿Podría profundizar en lo que ustedes llaman como disformidad?

Matos recupero la compostura e indico al Slayer a continuar mientras le comentaba todo lo que su conocimiento le permite.

-Claro, es mejor que yo lo haga. La disformidad es una dimensión conformada por energía pura y como lo habas notado aquí es donde habitan los seguidores del Caos o demonios. Con ella podemos hacer viajes más rápido que la luz debido a que maneja sus propias leyes, no es común, pero hay ocasiones que llegamos al punto deseado antes que la fecha en la que se inició el viaje.

-Si estamos en el territorio de los demonios ¿no corremos el riesgo de ser atacados o como sabes a donde llegar? - pregunto Vega.

-No es un viaje seguro, pero estamos bajo la protección de un campo Gellar -respondió Matos. Como guía tenemos navegadores y psíquicos que se guían con el Astronomicón que funciona como faro en la infinidad de la disformidad.

-Entonces si alguien se puede perder en la disformidad ¿es posible quedarse aquí? - pregunto Vega.

Matos se detuvo de golpe al comprender hacia donde se dirige la conversación y decide tomar el riesgo para hacer una petición.

-En este poco tiempo logre ver su inconmensurable deseo por acabar con los demonios y que puede desear quedarse aquí para combatir demonios – dijo Matos. – Pero la galaxia es extensa, estamos en una era oscura y la humanidad está en constante ataque por diferentes enemigos a la par que los demonios. Mis hermanos, nuestro primarca y todos cada uno de los soldados que abandonan a sus familias luchan para mantener al imperio a salvo.

Quizás ahora el Slayer sea una entidad divida, pero en su momento fue un humano común, alguien que disfrutaba de las más pequeñas cosas de alimentar a su conejo y descansar después de un día de trabajo.

-Los demonios son tu prioridad y ayudaremos en todo lo que podamos para que acabes con ellos, si eres humano toma esta lucha como uno de los pasos que te llevaran al cumplimiento de tu deber.

El Slayer realmente quiere quedarse y acabar con cada demonio en este y en cualquier mundo, en su momento el mayor enemigo, pero ahora los habitantes claman que no son los únicos. Su odio, su propósito se centra en ellos, pero no abandonara la humanidad, el fue su defensor y lo será ahora en su momento de necesidad.

Sus nudillos trotaron tras apretar más fuerte sus puños y tras ello dejo de aplicar fuerza. Es la señal de que está dispuesto a ayudar en esta misión.

-Parece que lograste convencerlo- dijo Vega. – Aunque, te recomiendo que le des toda la información de cada enemigo de la humanidad de los que tengas registros. Parece alguien que solo habla con sus puños, pero créeme cuando te digo que es un experto estratega en combate y el conocimiento es otra arma que le gusta en su arsenal.

La respuesta deseada había llegado a Matos, en su rostro se mostró pensativo.

-Me parece bien, hare que se realicen reportes relacionado con los datos importante- respondió Matos.

-Otra petición que tengo es que le des algo con que distraerse, su deseo de destrozar estos seres de la disformidad, algo que no lo haga sentir que pierde su tiempo – comento Vega.

-Hay muchas cosas que hacer en este momento, aparte de estudiar la información puede reunirse e interactuar hasta cierto punto con los tecnoscerdotes para el desarrollo de arma que les indico al igual que en la construcción de una mejor espada sierra. Si desea entrenar, las naves cuentan con salas dedicadas a eso. Se puede considerar una ofensa que un no iniciado ponga un pie en ellas, pero usted al proteger un planeta del imperio se ha ganado su lugar.

La caminata estaba a punto de llegar al final, la nave en la que viajan es inmensa. Matos lo haba dejado cerca de su habitación de nueva cuenta, el Slayer había memorizado su camino así que no era necesario de su compañía.

-Tomara 2 semanas llegar al destino, puede hacer lo desee siempre y cuando no sea una ofensa. Yo me retiro a preparar las cosas como el área de entrenamiento y solicitar la información que necesite.

El marine puso su mano en el hombro del Slayer, dio una sonrisa.

-Antes de retirarse puede darme algunos de esos comunicadores que tiene- añadió Vega. – No puedo comunicarme si las personas no llevan uno de ellos así que quiero desarrollar un altavoz.

El capitán lo dudo un poco, pero acepto retirándose el suyo, hizo algunas configuraciones y se lo entrego al Slayer.

-Contamos contigo- dijo Matos antes de retirarse.

El portador de la furiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora