Chapitre dix

637 55 9
                                    

-Te lo puedo dar ahora mismo si me lo pedís— mi cuerpo se estremeció al tenerlo cerca — de rodillas Maxwell.

Sin embargo no me estremecía de deseo, me estremecía de asco, de tenerlo cerca y no poder aguantarlo, de escuchar su voz, de ver sus ojos o de sentir su perfume. Mi cuerpo no se estremecía de deseo, lo hacía por disgusto porque se me revolvía el estómago cada vez que se acercaba a mi. Tenía que poner fin a todo este juego y madurar, ya que según mi padre era dar un paso a estar más cerca a aquella vida con la que yo soñaba.

- No quiero nada de vos pensé que lo había dejado claro. — Su mano aprieta con fuerza mi cintura.

- ¿No querés nada? — dejo de apretar mi cintura con fuerza para acariciar el interior de mis muslos con delicadeza — Por favor T/n, admitilo te encanto y rogas para que me acueste con vos.

Me di vuelta sobre mi propio eje y lo empuje en la cama donde cayó sentado. Le tenía que poner fin a todo, antes de que seda a algo que no era. Y no me importaba parecer bipolar en el medio, si conseguía que él se borrara de mi vida. Eso era lo que mis padres querían y yo obviamente...

- Vamos a poner reglas — Kit me sonrió sorprendido — uno: no te quiero cerca mío cuando estemos solos en algún evento, dos: no quiero que sabiendo que estoy sola te acerques a mi.

Connor se rió acomodandose su cabellos rubios.

- ¿Estás tan enamorada de mi que ni siquiera te podés quedar sola conmigo? — lo golpee en la cabeza "levemente" con la mano — Me dolió Maxwell.

- Tercero: no quiero que te metas ni que arruines mis relaciones Connor. — Y aquella sonrisa que se había formado se había ido por completo.

Sus ojos se entrecerraron y se levantó bruscamente de la cama. Estaba molesto y ahí comenzaba mi diversión.

- La única persona que arruina sus relaciones sos vos — su rostro estaba a metros de la mía y su voz — no me meto en tus relaciones Maxwell, vos me metes en ellas.

- Ajá claro, porque a mí me fascina dejar hombres por un niño. — Kit se molestó conmigo, él era un hombre pero tenía el carácter de un recién nacido.

- No soy un niño. — Soltó enojado, sus manos apretaron con fuerza mis muslos debido a la postura en la que estábamos. — Te lo puedo demostrar ahora mismo.

Su piel ardía como fuego en mi piel, sus ojos perforaban mi alma, sus labios soltaban aire y se mordian ansiosos por la espera, sus manos hacían fuerza placentera en mis muslos,  mientras en lo más interno de mi, fantaseaba con él replicando aquella fuerza en mi cuello.

Mis manos tomaron camino a sus hombros con miedo del rechazo. Sin embargo, no lo fueron.

Apreté con fuerza y lo observé atenta, no podía ceder y sabía que Kit tampoco. Era un juego, y en el que si uno cae ante el otro pierde.

Su cuerpo de tiró para atrás, indicando que me tenía que subir a la cama. No obstante, yo no me moví de mi lugar.

- Acércate — me límite a observarlo con un semblante burlón — por favor Maxwell.

- ¿Ahora pedís por favor? — pregunté quedando recostada a centímetros de él.

Mi cuerpo estaba a su lado recostado, sentí sus yemas en mi rostro que me obligaron a verlo.

- Prometiste estar lejos mío pero mirate — Suspiré al sentirlo acariciar mis labios — Sé que me vas a mentir, sin embargo te puedo ver suspirar bajo mi tacto T/n.

- También prometiste estar lejos y estás en mi habitación, en mi cama junto a mí — Kit sonrió dulcemente y sus ojos se cerraron debido a la gran sonrisa — Yo también te veo Connor, puedo ver tus deseos.

El club de debate; Kit Connor. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora