Capítulo 16

327 23 5
                                    


Canción para leer :>
Freaking me out: Ava Max

. . .

Muevo mi cuerpo y hago una mueca de dolor, con ojos cerrados y adormilada, cuando este late en mi hombro derecho.

—Diablos —gimo y abro mis ojos un segundo antes de que la luz del día me ciegue—. Mierda…

Hazel, deja de decir palabrotas, me recrimino, aún en mi embriaguez matutina.

Trato de dar vueltas en la cama para acomodar mi incómoda postura, pero al  girar mi brazo duele aún mas, ¿cuánto tiempo debí estar dormida en esa posición…?

Un momento.

¡¿Dormida?! NO PUEDE SER, ES MI PRIMER DÍA DE TRABAJO Y ¿DÓNDE ESTOY?

Me incorporo de golpe y me mareo un segundo, bajo las inmaculadas sábanas de la enorme cama, observo en redondo el panorama, tratando de ordenar mi cabeza.

Los recuerdos de la noche anterior golpean mi cabeza y me llevo ambas manos al rostro, sintiendo como se enrojece. Dios mío, ¿realmente hicimos todo eso?

Me cubro el pecho desnudo mientras inspecciono la habitación. No hay nadie a mi lado y el silencio sepulcral invade cada rincón.

Vaya, anoche no me detuve a mirar, bueno, mi concentración estaba en otro lugar, uno pálido y alargado…

Me arrastro hasta la orilla de la cama y mis pies tocan el helado suelo, al tiempo que hago una leve mueca de dolor al sentir presión en mi entrepierna.

Me percato de que las sábanas están levemente manchadas con líquido carmesí y me muerdo el labio inferior, evocando recuerdos, deseando experimentarlos una vez más.

Estoy sola en la habitación, Lee Rang seguramente debe haber salido o solo se encuentra en alguna otra parte de su enorme casa.

Aunque, es mi primer día, debió despertarme y hacerme ir a trabajar.

Pero agradezco, pese a haber despertado en una cama que no es la mía, no sentirme incomoda y tener un momento a solas para pensar y ordenar ideas.

Y recordar a detalle.

Aunque una parte de mí no puede evitar sentirse un poco desilusionada al no ver a Lee Rang apenas abrí mis ojos.

Y sin contar que llegaré tarde a mi primer día, ya son las once treinta de la mañana. ¿Tanto dormí?

Pues claro, si él agotó todas tus energías, susurra mi cabeza con malicia.

—Bueno, no es como que esté quejándome —me encojo de hombros y camino a una puerta en la habitación que, afortunadamente, me lleva a un baño.

Suspiro de alivio y recojo mi bolso del suelo, buscando dentro mi cepillo de dientes y quizá alguno para peinar mi cabello.

Danna preparó el pequeño bolso con cosas necesarias para pasar la noche fuera de casa. Lo peor es que no me sorprende encontrar una pastilla para el día después entre todas las cosas.

—Al menos se preocupa —niego resignada y comienzo a cepillar mis dientes.

Observo mi reflejo, mi piel esta sonrojada y mis ojos brillan. Y recuerdo.

Sus labios sobre los míos y las palabras entrecortadas que salían de su boca, casi sin aliento.

Su piel sudorosa y suave contra mi pecho, tan simple y maravilloso.

—Oh, Dios —cierro los ojos con cierta emoción y vergüenza y termino de cepillarme con rapidez para correr a la ducha. Necesito despertarme y armarme de valor, porque no tengo idea de como podré controlar el temblor de mis piernas cuando lo vea.

Enamorada del CEO [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora