Capítulo 10

306 29 10
                                    

—Déjame resumir —dijo Danna—. Lo besaste.

—Él me besó —digo sin mirarla, una parte de mi aún se siente incrédula.

—Es lo mismo —le resta importancia—. Como sea, te metió la lengua hasta la garganta —asiento y si lo dice de esa manera me da un poco de vergüenza—. Te ofreció firmar un contrato, un escritorio, probablemente se casen y tengas diez hijos… ¡¿Pero no tienes su número de teléfono?!

Niego.

—Es increíble —mi amiga levanta los brazos y se deja caer en mi cama una vez más. Es domingo, haremos una pijamada y nos iremos juntas mañana a la universidad.

No solemos hacer este tipo de cosas un domingo, normalmente es un viernes o sábado, para chismear más y dormir tarde, pero los padres de Danna volvieron a pelearse, supongo que los conflictos post divorcio son más frecuentes que cuando se está casado.

Mi amiga no quería quedarse a dormir en casa de ninguno así que aquí la tengo, en mi cama, con mi ropa.

—Es un poco extraño, sigo sin poder creerlo, pero una vez un sabio dijo “créelo y será posible” y yo creí.

—Eso lo dijo mi mamá, ¿verdad?

—Obvio —sonríe—. Pero, Hally, dime cómo te sientes —sus ojos buscan los míos pero me centro en Oliver, quién está entrando a mi habitación con algo en su boca. Seguramente otro ratón de la casa del vecino.

Y si, efectivamente eso es. Oliver se acerca con el pequeño roedor y lo pone al pie de mi cama, ruedo los ojos.

—Oliver, ya no traigas más ratones.

—Meow —ladea la cabeza y me observa con sus enormes ojos. Él no va a comerse al ratón, sólo los deja ahí para mí. Al principio me pareció extraño que hiciera eso, más porque el no se come a los ratones, pero luego descubrí que sólo los mata y me los lleva como regalo.

Mi gato me considera una inútil que no puede cazar su propia comida. Esa es su forma de agradecerme por quererlo y engordarlo, supongo.

Suspiro y tomo a Oliver en mis brazos para acariciarlo, antes de dejarme caer en mi pequeño puf. Ya recogeré el ratón.

Observo a Danna hacer un mueca de asco.

—Me siento abrumada —respondo por fin a Danna—. Siento como si mi corazón se fuese a salir por mi boca cuando pienso en él y el tener que verlo mañana. Me siento nerviosa porque aún no puedo creerlo y no sé qué pasará a partir de mañana, no sé qué esperar.

Oliver levanta sus patas delanteras y alcanza mi rostro para frotar su cara con la mía. Es lo mismo que hizo cuando Lee Rang vino a mi casa por primera vez, supongo que a los dos nos gustó el muchacho.

—Te gusta él, ¿no es así? —Deduce Danna y hago una mueca. Me gusta, la pregunta sería ¿a quién no? Es joven, guapo y exitoso, es todo lo que se le puede pedir a la vida. He escuchado todo lo que dicen en clase las chicas cuando lo ven, sólo que él corresponde a mi acercamiento y me da miedo ilusionarme demasiado.

Ser Ícaro y acercarme demasiado al sol.

—Me da miedo que vaya más allá del sexo, Danna —confieso—. Pero sólo para mí, porque no sabemos cuanto tiempo pueda durar ese contrato ¿y si me enamoro de él?

—Bueno —mi amiga rasca su mejilla, ya habíamos hablado sobre como se sintió ser besada por sus labios y la propuesta, también le hable de mis razones para hacerlo—. Eso no es un imposible. Pero podría ser recíproco, nunca sabes.

—Aún no tengo claro que tipo de relación será, realmente. No sé si seremos profesor y alumna en la universidad, además, él dijo que trabajaré para él y…

Enamorada del CEO [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora