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Clara estaba totalmente avergonzada, no podía creer que Amador se comportara de esa manera, aunque fue osado la manera en como la toco, no le importó si era estar en los brazos de su esposo, ya hace tiempo que esa flama volvía encender, lo vio partir a la mañana siguiente, ella no podía dejar de ver su trasero duro y ese cuerpo trabajado por las largas ejercitadas en el cuarto de ejercicio cada que se despertaba en la madrugada.

Admire que también lo espaciaba, como fumaba su cigarrillo, había dejado de hacerlo peor supone que todo se debe al estrés del trabajo, y esas llamadas fuera del horario laboral, no le agrada saber que podría hacerle infiel.

¿Lo es? Tal vez lo ha hecho peor siempre lo ha negado, no quiere perder a su esposo por eso no reclama, como reclamar donde el note ama, pero tú quieres amor del que no hay.

Lo han visto salir comer con mujeres inclusivo le han tomado fotos con ellas, pero su esposo dice que solo buscan hacer escándalo.

No lo enfrentaría menos si regresa Iveth, sabría que su matrimonio acabaría.

Pero había una clausula, si el divorcio llegara a suceder, ambos perderían, en caso de ella no tendría nada, ni un peso mucho menos llevarse la ropa puesta.

En cambio el perdería la mitad de la empresa y seria otorgada a su esposa, algo que Amador desconoce. Y que su mismo abuelo se encargó para evitar dejar con una simple pensión a Clara. Esto sería notificado por el abofado de la familia y el mismo amador debería pagar todos los gatos.

Clara termino de contemplar al hombre que era su esposa, era algo perezosa hacer ejercicio, se preguntó que si lo necesitaba, tenía buena digestión y podía comer lo que sea sin importar ningún remordimiento, pero no podía hacerlo por mucho, siempre cargaba esa ansiedad de que Amador era demasiado cambiante, y aunque sabía que no la amaba como tal, no perdía la esperanza que lo hiciera algún día.

Tal vez el recordó que hoy era su aniversario y quería mimarla por ser su esposa y estar con él en las buenas y en las malas.

Cerró los ojos y se cubrió con las sabanas el rostro.

—Pero como podre hacerlo señor Fonseca, agradezco todo el amor que me han brindado pero no creo que Amador este de acuerdo con ello.

—Eres la indicada para ser la señora Fonseca, mi nieto necesita una mujer como tú, además Clara todos te adoran yo te adoro y sé que harás feliz a mi nieto, veo como lo procuras y lo has ayudado a salir de ese mal amor de esa mujer mala.

Clara negó, siempre noto feliz Amador con ella a pesar de que ella solo era interesa, pudo ver como ella le entrego el anillo y como le rompió el corazón, fue fría con él y ahí estaba ella sanando día a día, logrando que sonriera y retomara de nuevo el trabajo.

—Y su él no quiere. —inquirió ella preocupada.

—Siempre hay maneras cariño, quiero asegurarme que estés bien y sé que con el tiempo Amador vera la gran mujer que tiene frente a sus ojos, yo me encargo de mi nieto y tú ponte bella.

Ella nunca entendió como es que logro que Amador lograra invitarla a citas, y cuando menos espero en tan solo tres meses ya tenía un hermoso anillo, demasiado sencillo, no como el que portaba Iveth, tan ostentoso y lleno de brillo, Clara se conformó con la sencillez y dio el sí un jueves en la tarde llena de amor y al fin tendrá un matrimonio lleno de esperanza.

Pero le ha costado, tanto que él fue claro desde el primer día de casado, jugo con su anillo.

—Quiero que sepas que no puedo amarte, te aprecio y eres buena conmigo Clara, solo eso.

Amame, Antes de que me VayaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora