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— Ven Clara, era hora que eso debía pasar, hermosa, debía pasar y lo sabes, sé que va doler, sé que sentirás que se te va la vida, pero mírame Clara solo es un tropiezo en tu vida. Se aprende de ello, míreme clara llora, si llora tanto como puedas porque yo no te voy a juzgar, porque sé que lo amas y duele que no te corresponda como tu quienes.

—Me duele mucho Perla demasiado, yo lo amo, porque nunca me vio como yo lo veo a él.

—Porque hay hombres que les gusta la mierda.

—¡Amor! —dijo su esposo mirando a los niños.

—Lo siento, cariño podrías llevarlos al cuarto por favor, llevare a Clara a la terraza y si puedes ayudarme con la habitación para ella, se quedará con nosotros.

—No, no por favor solo vine a decirte que se terminó, y buscare un hotel.

—Nada de eso Clara.

—Mi esposa tiene razón Clara, eres parte de esta familia, es una pena que Amador no vea la mujer que eres, pero tranquila nos acomodaremos aquí —comento salvador esposo de perla.

Clara sintió el aire frio de aquella terraza de es condominio tenía linda vista hacia algunos locales del centro, solo hace horas estaba en su casa, donde había vivido algunos años y ahora no tenía nada, mucho menos dinero, como hará para vivir.

Perla limpia su rostro y le dolía que su amiga pasara por eso, ella no merecía un tipo como el, y ella debía entender que no debe aferrarse a esa cuchara rastrera.

Se desahogó como pudo, saco todo lo que el mismo Amador le dijo y como la culpaba de la perdía del bebe de Iveth, perla se puso de pie cree que ha escuchado suficiente, ese imbécil merecía que le partieran la puta, cara, se controló por respeto a su amiga.

—¡Pero qué hombre tan ciego! Esta pendejo o que, dios dale sesos porque los necesita, no lo habrá embrujado.

—Perla.

—No claro que no lo siento, pero esa vagina lo tiene apendejado. Y todavía se atreve a culparte de algo que juro por mi que tu no lastimarías ni una mosca, dios como se le ocurre culparte, y porque no le dijiste de tu bebe, también cuenta Clara, perdiste un bebe por su culpa y te culpa por la perra de Iveth, la odio, la odio.

—No sirve de nada enojarse, ella ya será la señora Fonseca, necesito hablar con el abogado de la familia y decir que mi matrimonio se disolvió, no espero recibir nada porque no lo aceptare.

—No señora lo recibirá por todo lo que ha soportado.

—De que me sirve, jamás me case con Amador por dinero, sino por amor, porque lo he amado desde que tengo razón, desde el primer dia que desee que me mirara, pero aún era más chica, y el solo tenía ojos para Iveth, y desee con tanto fervor que un dia me viera, lo hizo, pero no como yo desee.

—No debió casarse contigo, te uso y cuando aquella perra regreso te boto.

Eso dolía mas para Clara, que haría ahora, en unos días la presentará como su futura esposa y ella será olvidada, perla tomo sus manos, nada estaba perdido, solo da miedo los comienzos.

—¿Qué hare? Necesito buscar un lugar.

—En la parte baja están rentando un departamento, puedo preguntar.

—No tengo dinero Perla, necesito buscar un trabajo.

—Podemos ayudarte Clara, ten está un poco caliente, tu habitación esta lista, en la empresa hay vacantes.

—Lo vez Clara, sobre el departamento yo puedo prestarte, y no me lo pagues hasta que estés fija ya —Clara se llenó de lágrimas. —Salvador hablara con recursos, además tienes una carrera eso ayuda más, nada está perdido, y pro los gastos nos encargaremos Clara, para eso estamos los amigos.

—No sé qué decir.

—No digas nada, tú me ayudaste cuando mis padres me dieron la espalda por casarme con Salvador —dijo ella mirando a su esposo —Él sabe lo que me costo de tener una vida de rica a vivir al dia, ahora dos bebes hermosos que amo con mi esposo, no puedo pedirle mas a la vida, así que llora, grita saca todo eso que tienes, porque cuando te sientas liberada veras la vida con otro color.

Estaba tan agradecida con ellos, miro la noche mientras bebía él te, aún tiene miedo y espera que solo esta noche su dolor se vaya y que Amador encontré su felicidad con Iveth, jamás será un impedimento con ellos y tengan esa familia feliz que él desea.

Una semana después.

Ernesto miraba la incompetencia del joven, había hecho esperar a los Livier, durante una hora cuando había dicho que esperaba a unos socios importantes, y no porque estuviera atenido una llamada no podía interrumpir había formas. El joven pareció y sintió que esta era la cuarta llamada de atención.

—Ve a recursos humanos y que te acomoden a otra área, no todos somos perfectos y quiero ayudar a mi personal, pero no podrás pisar el piso directivo, tu sueldo cambiara, dependiendo que función se perfile a ti, la próxima toma decisiones bien.

—Si...Sí señor.

—La agenta esta lista debo salir, mi madre empezara incorporarse otra vez, no quiere estar en casa, ha sido difícil la muerte de mi padre y la comprendo, quien quiere estar en una casa sola, necesita una asistente, busca una.

—Alguna característica en particular.

—No, solo que haga su trabajo, pero si es soltera mejor, no discrimino quien tenga hijos al menos uno, dos, pero conozco a mi madre es muy absolvente, y los permisos empezaran a fastidiarla, piénsalo antes de aceptarla y que este comprometida al trabajo, lo demás depende de su suerte.

—De acuerdo señor.

—Cancela mis llamadas saldré de viaje unos días, y cuando regrese prepara la junta de socios, y no des aviso a los Clark, no quiero tener nada con ellos.

—Y si ellos, se molestan.

—Entonces dile que intente comunicarse conmigo, hare lo que tenga que hacer para no verle la cara a ella ni a su padre, pondremos en posibles socios Amador Fonseca, llámale y concreta una cita con él.

El hombre asintió despidiéndose de su jefe, será una semana critica ahora que la señora Andarte regrese si con su hijo se siente tenso el ambiente ahora más con su madre, mando la solicitud a recursos humanos para la solicitud de una nueva asistente en dirección para la señora Bárbara Andarte.

—Salvador, ven tengo algo para tu amiga, aunque debería ponerla en lista de espera, hay una vacante para asistente de la madre del director.

—¿Eso es bueno? —pregunto el hombre.

—Sí, ¡Dirección! quien no quiere estar ahí, quieres que anexe el documento de ella.

—Dale, ya todo depende de que la acepten.

—Si no, puede y le agrada, será en mensajería, todo sea por una tarda de tu esposa, dile que a mi marido le encargo —el hombre torció los labios —No hagas esa cara, mejor dile que me pase la receta y dejo de molestarte con eso,

—Le diré, gracias.

—No hay de que ya todo depende de tu amiga, y que le agrade a la señora.

Salvador no pudo esperar marcándole a su esposa, perla sonrió y colgó, clara se encontraba dándole de comer a los hijos de su amiga.

—Clara te tengo noticias.

—Así, dime.

—Prepárate porque es posible que te llámeme, salvador que acaba de avisar que mandaran tu solicitud para el puesto de asistente de la madre del directo.

—¡Enserio!

—Sí, así que tomares a los niños y vamos de compras.

—Estás loca, con qué dinero.

—Déjame eso a mí, así que vamos debes impactar a esa mujer y sé que te quedaras con el puesto, confió en ti Clara lo veras.

Amame, Antes de que me VayaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora